Escuchar al sr. Donald Trump en una hoja limpia continúa mostrándome a
una persona que desde pequeño supo lo que haría y lo hace. Y por lo
menos a él le han salido las cosas favorablemente.
Es cierto que hay un gran ego, pero también hay que reconocer que sabe su oficio en cuánto a ser un hombre de negocios.
Hay que reconocer que en los EEUU la premisa y promesa de que
prácdticamente cualquiera puede ser presidente es cierto. Como también
es cierto que el juego siniestro bajo la mesa es terrible, sin reglas y
sin cuartel.
Hasta ahora todo lo que fue y ha sido más una bola
de nieve de humo en la que los mass media crearon la imagen de un nazi,
de un loco que en el segundo uno iba a destruir el planeta (de verdad lo
pintaron así y de verdad millones lo creyeron) ha demostrado ser sino
una mentira total, si una exageración. Nada de lo terrible que
vaticinaron las empresas conglomeradas en favor de la familia Clinton ha
resultado ser cierto.
También es cierto que no todo lo que ha
prometido Donald Trump con su dosis conocida de extravagancia y
paroxismo se ha materializado.
Ha podido hacer lo que le han
permitido hacer o lo que no han podido evitar sus enemigos. Y así
continuará siendo. Y de igual manera le sucederá a quien quiera ejercer
el poder de manera única, creyendo que por puro magnetismo personal se
convencerá al mundo.
Otra certeza: sigue y seguirá funcionando la
adulación y la apariencia de bondad como método para conquistar a las
mayorías. Muestra una apariencia bondadosa, tierna, juguetona, incluso
tonta, y el pueblo te amará. Esta es la fórmula eterna de los políticos.
Y lo hacen y lo vuelven a hacer, y la gente cae y volverá a caer.
La gente es curiosa, por eso es una masa, se deja llevar, se torna
un solo objeto sin forma. La gente dice estar harta de los políticos y
clama por un ciudadano. Encumbran a un hombre de negocios, que hablará
como siempre ha hablado y pensará como siempre ha pensado y declarará
cosas como lo que ha sido siempre..¡y se escandaliza la masa!
Un
político hablará políticamente. Esto es, cuidando minuciosamente no
ofender a nadie. Con lo cual nunca tocará la llaga para sanarla.
Un político expresa el ideal, el sueño, la quimera que la masa continúa deseando oír.
Alguien que no sea así dirá lo que siente o piensa. No intentará
halagar a todo mundo. Simplemente porque no es así. No es político.
Esto no significa que lo que diga será lo adecuado, correcto, atinado.
Habrá grandes errores. Errores garrafales porque justamente no es una
persona versada en hablar políticamente. ¿Por qué el pueblo le pide al
tiburón comportarse como víbora?
La solución no yace en encumbrar a un ciudadano porque la masa está cansada (supuestamente) de los políticos.
La solución no se localiza en un político porque sea político, ni mucho menos siendo supuestamente independiente.
Nadie que quiera lograr algo en un gobierno podrá lograr algo siendo
"independiente". Sencillamente porque no tiene una base que lo sostenga,
carece de estructura porque la estructura es aquella en donde va a
trabajar. Y ese lugar donde va a trabajar ya está ocupado por personas
que pertenecen a uno u otro bando. Un "independiente" necesitará
forzosamente aliarse con uno o con el otro. O tiene que ser esa rara,
rarísima excepción de personalidad que tiene el talento singular de unir
lo que nadie ha podido. Y eso sólo lo han logrado muy pocas personas y
por un lapso breve. Ahí hablamos de excepciones.
El señor Trump ha expresado lo que le sale. Sí, no es correcto. No
es político, ¿nos regresamos a los primeros párrafos? Era de esperarse.
Naturalmente que quien lo haya odiado desde el inicio tiene el consuelo de tontos de decir que tenía razón.
¿Pero es conveniente una posición así cuando se vive en el mismo país y
lo que haga o deje de hacer esta persona le afectará en su vida diaria
directamente?
El juego en el que las masas tienen que partirse
para tomar un bando, sea derecho, izquierdo e incluso independiente o de
ninguno, no tiene por qué incluir un apasionamiento francamente
patológico. ¿Por qué la gente de pronto actúa como posesa cuando se
trata de defender o atacar a un candidato presidencial? Como si de veras
los conociesen, como si durmiesen en la misma cama. Es la temporada
ideal para sacar todo lo negativo que tiene la masa: señalamientos,
culpa, ira, frustración. Y esto continúa a lo largo del periodo
presidencial porque los que odian odiarán más y los que atacan seguirán
haciéndolo. Ya no hay tregua nunca. Hasta en las Guerras Mundiales hubo
periodos de tregua.
La existencia de la masa equivale a subsistir
en la queja, en el señalamiento, en el enojo continuo. Hoy me parece
increíble ver a cada paso que la gente está enojada. Enojada de todo. En
los taxis, en el Metro, haciendo fila, aún en una película, nunca falta
un comentario irónico (o sea de dolor) o una queja o una burla. La masa
está dolida.
La masa ha agotado todo su grano de satisfactores
pasajeros y solo le queda la propia insatisfacción. Hoy seguramente tú
vives enojado. El enojo o frustración te marca el paso. Nada te parece,
todos o todo te ofende. Porque tú crees que tú eres el que está en lo
correcto. Y si estás en lo correcto, ¿por qué sufres tanto? ¿Por qué te
haces daño y haces daño a los demás?
La masa se queja amargamente de la violencia, de los asesinatos,
ajusticiamientos, y no deja de pagar por ver series de violencia,
secuestros, asesinatos. ¿?
La masa dice lo que le dijo la tele,
los "líderes de opinión", los "expertos" (otra masita informe): que debe
de divertirse, que es justo entretenerse "para olvidar los problemas,
para distraerse de ellos". Y continúa creyendo (porque así conviene a
sus perezosos fines) que en efecto hay que distraerse de los problemas,
evadirlos, evitarlos.
Evitar hablar con la pareja serenamente
porque "el tiempo cura todo", porque ¿para qué? ¿qué caso? no quiero
problemas. Y el problema se agranda, y el tiempo no hace más que asentar
raíces dentro del ser y el cuerpo, produciendo cánceres, vesículas
malsanas, jaquecas, presiones altas, infartos al miocardio, sobrepeso,
obesidad, dependencia al tabaco, al alcohol, a comprar compulsivamente, a
endeudarse con plásticos.
Pero cada uno se cree su propio dios,
creado a su misma imagen y semejanza. Y tremendo problema depender de un
dios igualito a uno, igual de limitado, pobre y triste.
Pero te
dicen los magos que tú elegiste venir así, que tú elegiste a tus padres
(¿en serio lo crees? ¿en serio hasta ese grado llega tu soledad que
insistes en taparte más en tu capullo de soledad: soledad envolviendo
soledad: oscuridad?
Y no hay café donde no se resuelva el mundo, y no hay sobremesa en
la que aparezcan genios incomprendidos, sabios no reconocidos, eruditos
ignorados. ¡Cómo no me descubren! ¿Por qué no me hacen caso a mí que lo
sé todo y resguardo todas las respuestas? Y continua la masa cavando su
propio agujero.
El ser humano se enreda solito, cava su hoyo él mismo y se esmera.
No hay esmero más persistente que la autodestrucción por enojo, poque
el mundo no me sigue a mí. Porque "todos" me han hecho daño a mí, que
soy tan buena persona, tan perfecta, tan digna de alabanza. ¿En serio?
¡Reconózcanme a mí! ¡Alábenme! ¡Postrense todos! ¡Abran paso al rey!
¡Abran paso a la reina! Y continúa la masa en sus migajitas individuales
moldeándose sus diosesitos de plastilina, yeso, plástico o imaginarios
en donde ese dios al que le hablan, porque claro que creen en él, les
soporta todo, les permite vivir enojados con todos, les consuela porque
nadie reconoce que ellos son la salvación del mundo.