¿Cómo nos des in dignamos? ¿Cómo sentirnos menos mal ante los sucesos que vertidos en la gran maquinaria de hacer noticias nos bombardean lteralemente (realmente) millones de veces al día?
La tónica es la mala noticia.
Los conductores se muestran molestos, incluso nos conminan a sentirnos igual, nos lanzan la pregunta, ¿a poco no le da coraje? ¿a poco no es una burla?
Doquiera abundan las voces apocalípticas con o sin jinete, "Ya no aguanta más México", "La cosa se va a poner peor".
Nada más escribir esto siento mi estómago oprimido. Como oprimidos existen millones de personas en México.
Pero, ¿hasta qué punto sirve sentirse mal?
¿Hasta qué punto contribuyo a componer las cosas?
Sonará duro pero lo cierto es que no sirve de nada.
Una cosa es mostrar la inconformidad, demostrarla, protestar, gritarla si se quiere; y otra muy distinta que uno de verdad se sienta mal, que la inconformidad se convierta en ira.
Podrá sonar a hipocresia pero no es así. El hecho de mostrar una inconformidad debe funcionar como catalizador de la ira: Protesto porque así transformo mi ira en algo que considero constructivo: hacerle ver al poder en qué está errado. Le exijo lo revise, lo repare.
Bien mirado, si salimos a las calles verdaderamente iracundos no hace ninguna diferencia a la protesta, únicamente se cultiva la posibilidad de una escalada que se convierta en escenario de próximas heridas.
No debemos permitir que las noticias nos apaguen. Sobre todo porque, aceptémoslo, la mayoría que protesta no ha sufrido en carne propia la tragedia. Sí, nos afecta, pero pasa que quienes sufren desgracias indecibles (ya todos las conocemos) o toman una actitud propósitiva o se resguardan en un silencio para convivir con ese dolor.
Quienes protestan, les haya sucedido directamente o quieren solidarizarse, pueden usar esa iniciativa para sí canalizar el dolor, para que el dolor no sea tan profundo. No al revés.
En nuestra cultura mexicana sentir dolor, sufrir es visto como un alto valor. Así que es difícil comunicarlo y con mayor razón erradicarlo. Pero no es imposible.
Quienes se deciden a organizarse y crear una asociación civil o movimiento generalmente lo hacen para ayudar a los demás. Al ayudar se ayudan. Ahí se desfoga el dolor en algo constructivo: se instruye a los demás, se comunica, se buscan salidas.
Si nada más te quedas con tu dolor en casa, sobre todo si tú no lo has sufrido directamente, solo expandes una ola de penuria que no te ayuda a ti, a tu familia o a la causa que, con toda honestidad y compromiso, quieres apoyar.
No digo que lo tomemos a chiste. Por supuesto que no. Digo que si nosotros no hemos sufrido eso directamente debemos ser pilares donde quienes sí lo sufren puedan sentir un poco de aliento y esperanza.
En una emergencia, en un terremoto o incendio, no serviría de nada que el equipo de salvamento se pusiera histérico o mentara madres. Al contrario, precisamente por no estar ellos sufriendo directamente la desgracia pueden ponerse en una situación externa que les de ecuanimidad (aunado a su preparación) para enfrentar el suceso y poder ayudar a los demás.
Lo mismo hace un Salvavidas en la playa. Imagínense que él también se perdiese en la penuria de que la víctima ha sido atacada por un tiburón. No. Se activa la adrenalina, se preocupa pero más que eso: se ocupa. Y puede ayudar.
Quienes protestamos, quienes no estamos de acuerdo debemos de ser mejores que los poderosos. No digo que no se haga pero mentar madres y lanzar consignas de muerte solo nos ponen en el mismo nivel. Habría que combinar esto con el grito de lo que queremos se haga.
Si la petición es imposible, lo más probable es que se caiga en un círculo vicioso que podría funcionar en los medios por un tiempo pero que luego sola pierda su razón al no ser realista.
Aclaren el hecho.
Sabemos que estan mintiendo. Aclaren.
Investiguen.
El caso sigue abierto para todos nosotros.
Por supuesto que debemos mostrar solidaridad para aquellas madres y padres que no encuentran a sus hijos. Sean quienes sean. A nadie se le puede desear esos malos. A nadie.
Pero también podemos ponerle una energía más propositiva, aún más, a las manifestaciones.
No te dejes llevar por la ira.
Canaliza tu indignación pero no te quedes indignado nada más.
Tú en tu territorio, que es tu entorno, tu familia, tu novia, tus hijos, enséñales también lo bueno que hay, lo bueno que hay en ti. Pon el ejemplo: no te aproveches del otro, paga tus deudas, trabaja con ahínco.
Claro, analiza las noticias, eso que llamamos tan vagamente la "realidad", pero vigílate y no te enojes, no te rindas, no bajes los brazos, pero uno no puede estar en lucha las 24 horas del día, no es posible.
Los ejércitos tienen sus descansos. Los ejércitos precisamente se preparan para no actuar por impulso o enojo. Eso también los vuelve fríos y despiadados en ciertos momentos, es cierto. Pero, quisiera que vieras el lado constructivo, el lado creativo: ¿Cómo convierto estas fuerzas que me bombardean, que me hacen sentir mal, que me mantienen en mal humor o excesivamente irónico, cómo lo convierto a mi servicio, a ayudarme a crecer?
Si tu te sientes mejor por tus actos, te aseguro, te aseguro que todos a tu alrededor se sienten mejor. Y te vuelves inpiración.
No se trata de caer en el auto engaño ni en la exageración del optimismo, del fingimiento de que todo esta bien y no pasa nada. Claro que no.
Se trata de equilibrar nuestros opuestos. Es un constante movimiento porque nuestra mente nunca está quieta (sobre todo quienes no hemos avanzado en su dominio).
Sigue luchando, sigue siendo crítico, más que crítico analítico, reflexivo. Y trata de encontrar soluciones no nada más que los poderosos te solucionen las cosas. Claro que lo tendrían qué hacer, pero ya estamos viendo lo que pasa.
Tú ve por ti.
La mejor ayuda que puedes darle a quienes sufren es que tú estés mejor sin dejar de pensar en ellos.
Pues ya verás cómo asistirlos de manera más pragmática.
No te vayas a los extremos.
¿Están las cosas muy mal?
Es el momento justo para que tú y los seres que te rodean hagan todo lo que esté en sus corazones por buscar espacios de paz, de armonía, de crecimiento.
Te haces un favor a ti y a tu país.
Fragmentos de indigNación, paso para poder vivir en México de gabriel garibay ©2015