Es común que escuchemos o nos refiramos a alguien como "mamón." En México de manera sencilla podemos decir que se trata de una persona que nos parece antipática, crecida, creída. "Se cree mucho", decimos.
¿Qué es ser mamón o mamona?
Si tienen dinero y son poco atentos, caerán en la clasificación.
Si son amables y la gente se acerca a ellos, caerán en la clasificación.
Si son famosos y un grupo de admiradores los rodean, también entrarán. No importa de que tamaño la fama, el chiste es que sean figuras públicas o han realizado algún trabajo que los coloca frente a las cámaras o la prensa.
Contraponemos ese disgusto insinuando que ser sencillo es como se debe ser.
"Ah, es muy sencillo, no es creído". Exigimos que aquel que es exitoso parezca que no lo es.
Eso:
Exigimos que aquel que es exitoso parezca que no lo es.
¿Por qué?
Porque nosotros sentimos que no lo somos.
Criticar o atacar a los "mamones" revela que nosotros no somos exitosos. Nos convertimos en mamones jodidos.
Si eres exitoso, o sea que tienes fama, dinero o poder, y practicas yoga o quieres crecer espiritualmente, hacerlo es un pecado. A la gente acomodada no se le acepta que practique meditación, vaya al yoga o publique en su página de Facebook que lo importante no es lo material.
Entonces los que no tienen ese nivel socioeconómico sienten que ellos sí lo practican con honestidad.
Los mamones son criticados por los mamones. Unos están o se comportan como si estuviesen en la cúspide y los restantes aparentan que detestan ese estilo de vida pero lo añoran. Lo envidian.
En términos generales si no nos sentimos exitosos o satisfechos con nuestra vida criticamos a aquellos que parecen estarlo con las suyas.
Con lo cual el ideal de ser humildes queda en entredicho. No queremosser humildes. Sería muy fácil. Queremos tener ciertos gestos de humildad dentro de nuestro traje de mamonéz.
El mamón se nos aparece como el perdona vidas.
La mamona se cree mucho porque tiene un cuerpazo...y sí lo tiene.
Al mamón le va bien económicamente rebasa la línea del vivir apenas con la quincena.
Y la gran pregunta, ¿tendría algo de malo? Pensando por un momento que en estos difusos tiempos aún tenemos un concepto más o menos claro de lo que es el bien y el mal, ¿está mal?
Es cierto que encontrarnos con gente amable nos aligera los días.
Pero también lo es que la mayoría considera a la gente que te saluda con una sonrisa como un imbécil o una estúpida.
Se tiene que reflejar poder, intimidar, para luego, ya que se dejó asentado, regalar una flor de amabilidad, una sonrisa.
Puesto así estoy diciendo que somos unos hipócritas. Es probable.
Pero si el mundo de hoy es uno en el que el valor máximo es tener dinero, buena posición, y ser inalcanzable, ¿no estarán errados los que se enredan entre ser humildes, sencillos al tiempo que anhelan ser sangrones y creídos?
¿Tiene de malo "creerse mucho"?
Si profundizamos, el problema sería el aparentar lo que no se es.
¿Cuántas veces no te ha pasado que de primera impresión tachaste a alguien de mamón y al cabo de tratarlo más o de que te aceptó en su círculo resulta que "en realidad es muy buena onda"?
Hay quienes afirman: "Es bien mamón pero es buena onda". Esto lo dice alguien que fue "aceptado" por el mamón. Si no te acepta, si no te "peló", entonces reafirmas que es un mamón.
En lo personal, mi eduación y mi naturaleza me lleva a saludar a todos cuando entro a un lugar, solicitar algo a una vendedora con cortesía, decir por favor y gracias.
"Es muy mamón, se cree artista".
La diferencia radica en uno mismo: ¿se es realmente lo que uno dice ser?
Y la otra; una cosa es ser actor, modelo, escritor, músico, cineasta y otra muy diferente ser famoso. Y otra aún más el ser reconocido.
Los tres aspectos pueden ser reales y honestos.
Hay algo de razón: si en el mundo nadie te ha reconocido lo que haces no tiene sentido.
Y decir que haces arte para ti y que no te importan los demás también es un rasgo de mamonéz.
El hombre de negocios crea empleos, tiene una "marca".
O tú trabajas en una empresa "reconocida" y tu tarjeta de presentación ostenta ese impactante logotipo.
¿Tiene algo de malo? Yo ahora creo que no.
Mientras sea cierto.
Ya queda en ti si eres eso que te crees.
Perdón por los motivadores que exaltados te animan con un ¡Créetelo!