Lunáticos de toda región recóndita o no que pueda comprender estas palabras, que pueda siquiera leerlas. Lunáticos de la Tierra que continuamos en nuestro devenir en un descenso que no nos da cuenta, como en el aire, como esos paracaidistas que realizan circenses evoluciones durante segundos en la apariencia de que no caen. Pero caen. Pues nosotros así, igual cayendo pero en la ilusión de vuelo y aquí sin red de protección ni paracaídas reanudamos, como ya habíamos anunciado, el blog lunático.
Este blog recoge observaciones, notas, comentarios que el Equipo Lunar se va encontrado en las redes electrónicas, pero también en aquellos preciados objetos llamados libros y que continúan siendo más exactos y generosos que los Wikis (ya ahora de muy práctica mas dudosa confianza).
También recobraremos los cuentos, los mini cuentos del Pueblo Lunar, ese que vive muy cerca del lado oscuro de la luna y que no podemos ver desde la Tierra. Recuperaremos las historias vivaces, a veces pícaras, a veces encendidas francamente de Lunara y sus amantes, esos que desecha cual pañuelo desechable con la frialdad que de suya es como luna que es.
Esta semana nos toca porque entra la luna llena y aún muchos de ustedes no nos dan crédito a los efecots que provoca en la humanidad, en todo ser vivo y en aparatos eléctricos. Siguemos confiados que llegará algún famoso (acreditado o no) que repetirá esto y entonces todos ustedes, por fin, nos creerán. No importa, no tenemos los derechos reservados de la luna ni los queremos ni nos atreveríamos, ¡basta de leyes! Aunque estas sean inevitablemente necesarias.
Esta semana encontrarán (más adelante, supra, como se diría) una entrevista con el poeta más desconocidísimo pero profundo y sincero al igual, Garibay, quien nos cuenta la vuelta a escribir a mano y el abandono de la computadora para sus quehaceres literarios.
También estaremos revisitando pensamientos de Octavio Paz, quien cumpliese otro año luctuoso en los pasados días.
Lunares y lunáticos por igual, disfruten sus cotidianos días gozando de la increíble sorpresa de ser humano y todos los cambios cual chicotazos que da a cada paso, aún sin comprenderse, aún sin quererse saber en paz y armonía, siempre con esa frenética, con esa obsesiva, con esa imparable necesidad de regir, de comandar, de arrebatar...pero también, para nuestra mayor sorpresa atestiguar a los oprimidos que pareciera piden a gritos ser tratados mal, casi como pasa en el amor. Extraños lunáticos los humanos somos.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.