LOS MUROS TIENEN PUERTAS.
EL SR. PRESIDENTE MEXICANO DEJA PASAR UNA OPORTUNIDAD DE ORO.
El sr. presidente de México dejó pasar una oportunidad valiosa: la de ejercer en un momento cumbre su investidura como el líder de un país, verse cara a cara con el líder del mundo libre, el presidente de los EEUU, y hacer una declaración elegante, cordial, asertiva de la posición de México frente a construir muros, frente a todo el mundo. Y en una coyuntura en la que prácticamente todo el mundo respaldaría a México.
Dicen que el hubiera no existe, pero existe la palabra. Hubiera sido un momento clave para cualquier líder que busca precisamente esas oportunidades raras, ese foro mundial. Todos los ojos hubieran estado en él: "El presidente de Mëxico responde con guante blanco, afirmando lo que siempre ha representado ese país en el mundo: paz, concordia, alegría, amistad."
Tenía la oportunidad de ser político, diplomático; de mostrarse como un estadista: "Señor presidente Trump, quizá usted no lo sepa, pero el mundo entero sabe que cuando quiere visitar un lugar hermoso, con gente cordial y atenta, donde se siente bienvenido, no importando su color de piel, credo, ideología: viene a Mëxico.
No hay persona en el mundo que no vea a México como un país hermoso e ideal para alejarse del tráfago del mundo mecanizdo.
Vengo como representante de mi país, pero también como amigo de nuestros hermanos latinoamericanos, para entablar un diálogo franco y real no sólo con usted, señor presidente, sino con su país.
Saludo a todos los ciudadanos norteamericanos, y saludo de paso a las personas que trabajan en su casa, en sus empresas, que cocinan unos ricos huevos rancheros o enchiladas, y que además tienen la gran responsabilidad de cuidar de sus hijos mientras ustedes realizan sus actividaes cotidianas. Todos ellos son de México, de El Salvador, de Guatemala. Gracias, porque millones de ustedes, estimado pueblo norteamericano, ha hecho una amistad real con personas que han venido de otros países buscando el famoso sueño americano.
Y el sueño americano está hecho, como ustedes bien saben, de seres humanos que nacieron en otro país: Gran Bretaña, Italia, Irlanda, incluso Medio Oriente o China o Africa.
Yo sé, señor presidente Trump, que usted con sus acciones busca que su país sea grandioso de nuevo: nosotros pensamos que nunca han dejado de serlo. Así como México es grandioso también.
Pero, también es verdad que estamos frente a la mayor potencia del mundo, y nosotros somos un país en desarrollo. En términos económicos no somos tan grandes como EEUU. Nosotros estamos luchando cada día porque las familias de México puedan acceder a mejores oportunidades.
En ´terminos militares EEUU sigue siendo una de las mayores potencias mundiales, sino es que la más grande. En México no creemos en las armas. No poseemos ojivas nucleares. México ama la paz.
Estoy seguro que podemos colaborar conjuntamente para detener el crimen organizado pero también ayudar a las personas que merecen y necesitan un trabajo digno y de manera legal.
Es verdad que hay muchas personas con no buenas intenciones, tanto contra los EEUU como contra México, pero por otra parte, hay millones de seres humanos que requieren nuestra ayuda.
Tenemos que pensar en ellos también.
Es mi deber, como representante de los ciudadanos mexicanos expresarle con todo respeto, que México no está a favor de construir muros, de crear distancia, de cerrar puertas. Pero también sabemos que lo que ha hecho grande a este país, los EEUU, ha sido su histórica disposición al diálogo abierto y respetuoso, en particular con México.
Puedo decir que México está hablando en nombre de muchos países en el mundo. Hace años un muro causó precisamente eso: división y mucho dolor a un solo país. México siempre será un país de paz, de armonía y de diálogo. Dialoguemos, sr. presidente, escuchemos nuestros puntos de vista: hasta la muralla china tiene puertas.
Porque esta oportunidad es muy valiosa para nuestros países. Para ambos, EEUU y México, es una oportunidad única para mostrarle al mundo que se puede proteger a seres humanos de buen corazón, con buenas intenciones, intenciones de paz, de trabajo, de entusiasmo, no importando de dónde vengan, para hacer no solo a Estados Unidos grandioso de nuevo, sino para continuar haciendo grande a México, a sus hermanos de Latinoamérica y por que no, a todo el mundo. Juntos podemos encontrar puertas a la concordia y puentes de unión. Porque un muro no solo deja fuera a los que no quiere, sino que aísla a quien lo levantó. Afortunadamente, usted es flexible, sabemos que tiene en buena estima a nuestro país, y estoy seguro que llegaremos a un acuerdo que sea benéfico para la gente buena de nuestros países y de todo el mundo.
Gracias, amigos norteamericanos, gracias Sr. Presidente.
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EL SR. PRESIDENTE MEXICANO DEJA PASAR UNA OPORTUNIDAD DE ORO.
El sr. presidente de México dejó pasar una oportunidad valiosa: la de ejercer en un momento cumbre su investidura como el líder de un país, verse cara a cara con el líder del mundo libre, el presidente de los EEUU, y hacer una declaración elegante, cordial, asertiva de la posición de México frente a construir muros, frente a todo el mundo. Y en una coyuntura en la que prácticamente todo el mundo respaldaría a México.
Dicen que el hubiera no existe, pero existe la palabra. Hubiera sido un momento clave para cualquier líder que busca precisamente esas oportunidades raras, ese foro mundial. Todos los ojos hubieran estado en él: "El presidente de Mëxico responde con guante blanco, afirmando lo que siempre ha representado ese país en el mundo: paz, concordia, alegría, amistad."
Tenía la oportunidad de ser político, diplomático; de mostrarse como un estadista: "Señor presidente Trump, quizá usted no lo sepa, pero el mundo entero sabe que cuando quiere visitar un lugar hermoso, con gente cordial y atenta, donde se siente bienvenido, no importando su color de piel, credo, ideología: viene a Mëxico.
No hay persona en el mundo que no vea a México como un país hermoso e ideal para alejarse del tráfago del mundo mecanizdo.
Vengo como representante de mi país, pero también como amigo de nuestros hermanos latinoamericanos, para entablar un diálogo franco y real no sólo con usted, señor presidente, sino con su país.
Saludo a todos los ciudadanos norteamericanos, y saludo de paso a las personas que trabajan en su casa, en sus empresas, que cocinan unos ricos huevos rancheros o enchiladas, y que además tienen la gran responsabilidad de cuidar de sus hijos mientras ustedes realizan sus actividaes cotidianas. Todos ellos son de México, de El Salvador, de Guatemala. Gracias, porque millones de ustedes, estimado pueblo norteamericano, ha hecho una amistad real con personas que han venido de otros países buscando el famoso sueño americano.
Y el sueño americano está hecho, como ustedes bien saben, de seres humanos que nacieron en otro país: Gran Bretaña, Italia, Irlanda, incluso Medio Oriente o China o Africa.
Yo sé, señor presidente Trump, que usted con sus acciones busca que su país sea grandioso de nuevo: nosotros pensamos que nunca han dejado de serlo. Así como México es grandioso también.
Pero, también es verdad que estamos frente a la mayor potencia del mundo, y nosotros somos un país en desarrollo. En términos económicos no somos tan grandes como EEUU. Nosotros estamos luchando cada día porque las familias de México puedan acceder a mejores oportunidades.
En ´terminos militares EEUU sigue siendo una de las mayores potencias mundiales, sino es que la más grande. En México no creemos en las armas. No poseemos ojivas nucleares. México ama la paz.
Estoy seguro que podemos colaborar conjuntamente para detener el crimen organizado pero también ayudar a las personas que merecen y necesitan un trabajo digno y de manera legal.
Es verdad que hay muchas personas con no buenas intenciones, tanto contra los EEUU como contra México, pero por otra parte, hay millones de seres humanos que requieren nuestra ayuda.
Tenemos que pensar en ellos también.
Es mi deber, como representante de los ciudadanos mexicanos expresarle con todo respeto, que México no está a favor de construir muros, de crear distancia, de cerrar puertas. Pero también sabemos que lo que ha hecho grande a este país, los EEUU, ha sido su histórica disposición al diálogo abierto y respetuoso, en particular con México.
Puedo decir que México está hablando en nombre de muchos países en el mundo. Hace años un muro causó precisamente eso: división y mucho dolor a un solo país. México siempre será un país de paz, de armonía y de diálogo. Dialoguemos, sr. presidente, escuchemos nuestros puntos de vista: hasta la muralla china tiene puertas.
Porque esta oportunidad es muy valiosa para nuestros países. Para ambos, EEUU y México, es una oportunidad única para mostrarle al mundo que se puede proteger a seres humanos de buen corazón, con buenas intenciones, intenciones de paz, de trabajo, de entusiasmo, no importando de dónde vengan, para hacer no solo a Estados Unidos grandioso de nuevo, sino para continuar haciendo grande a México, a sus hermanos de Latinoamérica y por que no, a todo el mundo. Juntos podemos encontrar puertas a la concordia y puentes de unión. Porque un muro no solo deja fuera a los que no quiere, sino que aísla a quien lo levantó. Afortunadamente, usted es flexible, sabemos que tiene en buena estima a nuestro país, y estoy seguro que llegaremos a un acuerdo que sea benéfico para la gente buena de nuestros países y de todo el mundo.
Gracias, amigos norteamericanos, gracias Sr. Presidente.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.