las caravanas de la bruma

Sí, la caravana no funcionó. Ahora hay periodistas que achacan el fracaso a los críticos (cada vez más) de dicha caravana de Sicilia.

Y no es así.

El señor Sicilia no tiene brújula. Primero defiende una cosa y luego otra totalmente distinta. Había partido de la muerte de su hijo clamando justicia. Luego se movió hacia la inseguridad del país y la estrategia errada de guerra del gobierno federal. Hasta ahí había coherencia, lógica y muchísimo apoyo, pese a que besaba a todo mundo y a los propios que en tiempo presente mandaban tropas y ayudaban a matar.

Pero aún había coherencia.

Luego, inesperadamente se lanza a apoyar una reforma política que no tiene los mismo asiduos que originalmente se unieron a su caravana. Aquí empiezan los problemas. ¿Qué tenía que ver que Sicilia llegara a apoyar eso? ¿Qué pasó con luchar contra la estrategia militar del gobierno federal?

Luego, cuando por fin está todo listo para reunirse con quienes están aplicando esa dudosa estrategia de guerra, Siciilia se esfuma del mapa, la Unam presenta un plan que pasó como la noche, que casi nadie discutió (un plan inteligente y más humano y eficiente)...no, Sicilia no estaba.

Pasa lo del casino incendiado y Sicilia ni sus luces.

Luego de unas semanas sale él a decir que estaba en un "retiro" espiritual, al parecer en la India...

osea, en serio, ¿en serio? ¿En mitad de una lucha que lo estaba acercando de nuevo a los mismísimos protagonistas del poder en esa materia? ¿Deja todo y se va a su retiro? ¿No podía aplazarlo?

Siempre sostuvimos que, independiente de cómo sea el señor com persona, muy religioso, muy católico, un buen poeta, más cercano al comporamiento de un sacerdote que de un rebelde. Las antípodas de un Rimbaud (tanto en la altura de su obra como en su personalidad), Javier siempre pareció reacio a asumir el papel de lider. No es un Marcos. NI quería serlo, ni quería tal vez nada ya.

Parece como si lo hubiesen empujado a ello, como si fuese un hombre que "no supo decir que no".

A veces más daño hacen quienes liderean movimientos, porque la gente, pasiva como es, vuelve a depositar todas sus esperanzas en un solo individuo y se ha visto, por lo menos en nuestra historia errática y reciente que únicamente termina ayudando más a los grupos en el poder.

Estos líderes ilusionan a la gente y con una intensidad mayor los desilusionan. Y la gente cae en la depresión generalizada, o aún más, pues estamos viviendo en un país y un mundo deprimido, triste, sin futuro, sin salidas.

Colosio, Marcos, Fox y Sicilia.

A veces, cuando uno se pone a pensar mal, pareciera que Sicilia ya sabía o le dijeron qué papel adoptar y cuando entrar o salir, como si fuese un plan maquiavélico del grupo en el poder. No tan genial, un poco obvio. Quién sabe.

Pero, Sicilia debería ya dejar la paz y mejor dejar en paz las cosas. Ya no está ayudando a la gente, le está abriendo las heridas y las va a dejar más desilusionadas que antes.

Sí, la caravana no funcionó. Ahora hay periodistas que achacan el fracaso a los críticos (cada vez más) de dicha caravana de Sicilia.

Y no es así.

El señor Sicilia no tiene brújula. Primero defiende una cosa y luego otra totalmente distinta. Había partido de la muerte de su hijo clamando justicia. Luego se movió hacia la inseguridad del país y la estrategia errada de guerra del gobierno federal. Hasta ahí había coherencia, lógica y muchísimo apoyo, pese a que besaba a todo mundo y a los propios que en tiempo presente mandaban tropas y ayudaban a matar.

Pero aún había coherencia.

Luego, inesperadamente se lanza a apoyar una reforma política que no tiene los mismo asiduos que originalmente se unieron a su caravana. Aquí empiezan los problemas. ¿Qué tenía que ver que Sicilia llegara a apoyar eso? ¿Qué pasó con luchar contra la estrategia militar del gobierno federal?

Luego, cuando por fin está todo listo para reunirse con quienes están aplicando esa dudosa estrategia de guerra, Siciilia se esfuma del mapa, la Unam presenta un plan que pasó como la noche, que casi nadie discutió (un plan inteligente y más humano y eficiente)...no, Sicilia no estaba.

Pasa lo del casino incendiado y Sicilia ni sus luces.

Luego de unas semanas sale él a decir que estaba en un "retiro" espiritual, al parecer en la India...
osea, en serio, ¿en serio? ¿En mitad de una lucha que lo estaba acercando de nuevo a los mismísimos protagonistas del poder en esa materia? ¿Deja todo y se va a su retiro? ¿No podía aplazarlo?

Siempre sostuvimos que, independiente de cómo sea el señor com persona, muy religioso, muy católico, un buen poeta, más cercano al comporamiento de un sacerdote que de un rebelde. Las antípodas de un Rimbaud (tanto en la altura de su obra como en su personalidad), Javier siempre pareció reacio a asumir el papel de lider. No es un Marcos. NI quería serlo, ni quería tal vez nada ya.

Parece como si lo hubiesen empujado a ello, como si fuese un hombre que "no supo decir que no".

A veces más daño hacen quienes liderean movimientos, porque la gente, pasiva como es, vuelve a depositar todas sus esperanzas en un solo individuo y se ha visto, por lo menos en nuestra historia errática y reciente que únicamente termina ayudando más a los grupos en el poder.

Estos líderes ilusionan a la gente y con una intensidad mayor los desilusionan. Y la gente cae en la depresión generalizada, o aún más, pues estamos viviendo en un país y un mundo deprimido, triste, sin futuro, sin salidas.

Colosio, Marcos, Fox y Sicilia.

A veces, cuando uno se pone a pensar mal, pareciera que Sicilia ya sabía o le dijeron qué papel adoptar y cuando entrar o salir, como si fuese un plan maquiavélico del grupo en el poder. No tan genial, un poco obvio. Quién sabe.

Pero, Sicilia debería ya dejar la paz y mejor dejar en paz las cosas. Ya no está ayudando a la gente, le está abriendo las heridas y las va a dejar más desilusionadas que antes.