Think before you act.- Cesar
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Las películas que están dejando huella en esta indefinida época (o sea revuelta o sea posmoderna) son aquellas en las que la línea entre lo que conocemos comúnmente como el bien y el mal es casi indefinible.
Concedemos razón al héroe pero también a su opuesto. Ya ni siquiera cabe llamarle Villano.
Esto lo comenzamos a ver en series de televisión maestras como The Sopranos. Luego en Dr. House, últimamente con Mad Men. El protagonista, en la época anterior hubiese sido, por sus conductas y actuares, el antagonista.
César, El César, (encarnado magistralmente por Andy Sarkis y una sabia y maravillosa tecnología de animación por computadora y maquillaje -dignos del Oscar), tiene la virtud de presentarnos a un personaje tan real que conmueve.
César es el líder porque es el más fuerte, porque así funciona en su especie. "El simio busca la rama más fuerte" afirma él mismo al encontrarse en una encrucijada.
Conmueve porque hallamos en él características ahora extintas en los seres humanos: es noble, es decidido, tiene carácter, no duda, a veces, cuando tiene qué, es autoritario, pero tiene sus razones. Razones que van más allá de lo individual y que contemplan al conjunto social. No miente, predica con el ejemplo.
No sé cómo le resulte a los más jóvenes ver a un simio tan (para ellos) fuera de la realidad porque no hay nadie alrededor en su mundo cotidiano que tenga por lo menos un par de atributos de César.
No contaré la historia. Véanla.
El tratamiento de la historia es digna de reconocimiento. La películas que involucran un gran despliegue de efectos especiales corren siempre el riesgo de perder el balance entre lo efectista (las reacciones que quieren provocar en el público) y la historia.
Por ello, para los adultos nos resulta muy aburrido ver la enésima entrega de Transformers, con un director como Michael Bay que insiste en no dejar de ser director de foto y mostrar exagerado y empalagoso su tratamiento fotográfico y movimientos de cámara que más que apoyar distraen de la historia. Entre otras dolencias. Creo que solo le rescato The Island. Visualmente siempre muy bonito eso sí. Pero cero director de actores y el largo etcétera. Sigue pensando que las películas blockbuster tienen que ser para retrasados mentales. El planeta de los simios (y Pacific Rim, entre otras) refutan su pobre pensar.
Acá, primero importa la historia. Una historia que, gracias al cielo, nada tiene que competir con las primeras entregas de los años setenta. Se inspiran en ellas claro está, pero los escritores se tomaron la molestia de repensarla para esta época. Sigue siendo un sacrilegio meterle mano a los clásicos en cualquier rubro (véase la pena ajena que provocan remakes de Evil Dead, Friday 13th, Halloween, y la mayoría de las que me digas).
Aquí el planteamiento fotográfico (a veces se nota mucho el greenscreen, por ejemplo en una de las batallas finales, pero no importa) es el correcto, es fino, y ayuda a la historia.
La música rescata guiños de aquella magnífica de Jerry Goldsmith de los setentas (si mal no recuerdo), pero no copia.
Vuelvo a constatar que Gary Oldman es uno de los más grandes actores que nos ha regalado el cine. Todos nos vamos con la finta de las actuaciones intensas, a veces exageradas, y no reparamos en que la dificultad estriba más en la sutileza, sobre todo en el cine. Gary Oldman es increíble: qué manera de articular un antagonista no antagonista, lo cuestionas pero lo entiendes. No es la contraparte de César, pero sin Gary, la película hubiera perdido un contrapeso necesario. Se hubiese recargado demasiado en el bueno y el malo (César vs Koba), pese que ambos tienen personajes de alta complejidad psicológica. Sí, simios con alta complejidad psicológica.
Ahora que el cine está tan pobre, qué gratificante es pagar por ver una película que no te vende nada más que su cuento. Y si lo hace, lo hace de manera tan sutil que ni lo notas. Yo no sentí nada de eso. Porque no sientes que te quieran convencer de nada: no quieren decirte, Uy, mira qué malos somos los humanos. Y tampoco quieren decirte: Ah, los machos somos superiores a las hembras. Todo está en su lógica. Un cabito por ahí en donde podrías preguntarte, ¿Pero cómo llegaron a equis o zeta? Quizá ya es buscarle chichis a las hormigas, date oportunidad de imaginar, es ficción, relájate. Está bien amarradita.
Buen director, Matt Reeves, siento que podría ofrecernos un día una película que quede para la historia. Y ahora que lo busco, tiene en su haber películas que mantienen un justo equilibrio entre lo entretenido y una idea esencial a contar. No reparé que él es el mismo que dirigió otras dos películas que me encantan: Let me in y Cloverfield.
Con razón.
Y ahí nada más para que se den un quemón del maestrazo de actor que es Andy Sakis, adivinen quién personificó también al famoso "Precioso" del Señor de los Anillos.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.