Ya no sé si resulte sorprendente la poquísima respuesta que se siente en México sobre estas justas, ya desesperadas mas pacíficas manifestaciones en todo el mundo combatiendo la rapacidad de los banqueros, empresarios y políticos.
Para que países llamados de primer mundo estén patas pa arriba, para que en Chile estén exigiendo con tal vehemencia que haya educación gratuita y para todos; reclamos que son muy ciertos, que no son vagos ni idealistas. Reclamos que son reales, simples y en mi país se sienta una indiferencia pasmosa es francamente desconcertante.
Yo lo atribuyo, entre muchos otros factores a:
1. En México hemos sido desde los mexica un pueblo "que se adapta a todo", osea: conformista. Pasivo, evasivo, cerrado.
2. Que el nivel educativo en mi país es paupérrimo. Y aquí incluyo a la mayoría de los egresados hasta de universidades privadas. Cotidianamente me topo con jóvenes que no saben siquiera redactar un mail con coherencia.
Basta ver los hashtags que dominan el twitter y los temas que más popularidad tiene facebook en este país. No digo que no haya espacio para la broma, pero nosotros de plano no queremos pensar.
3. Un país con jóvenes que no saben leer (saben leer pero no saben) está destinado al fracaso.
4. Un país en donde los jóvenes y la gente se conforma "con lo que dios provea" está destinado a su propio hoyo de ignorancia.
5. Un país en donde casi sistemáticamente privilegiamos el dinero fácil y rápido no importando a costa de qué, está condendado a permanecer en su propio abismo negro.
6. Un país en donde los medios de información privilegian el chiste pelado, el doble sentido, el fútbol, y programas políticos donde domina la queja de sobremesa más que el análisis sobrio (solo se salvan cuatro programas, entre ellos y tal vez el mejor: Primer Plano), está condenado a su oscuridad.
No sé si decir que estoy triste por mi país y sus habitantes. El país es maníaco depresivo. No actuamos, echamos culpas y nos damos baños de pureza en la iglesia.
No sé si decir que estoy desilusionado de mi país, porque en el fondo los mexicanos saben ser leales cuando se les corresponde con respeto. Porque en su esencia, los mexicanos son gente noble y buena.
Anoche en el programa Primer Plano el señor Leonardo Curzio señaló algo interesante. Comentó que "una de las causas de la aparente indiferencia o desanimo de los mexicanos hacia el movimiento, ya de características mundiales, de los Indignados es que en nuestro país ya está "choteado" el mecanismo de manifestarse. Manifestaciones a diario y por cualquier cosa, por diversas causas." En Europa y en E.U. no es tan común salir a la calle a protestar en masa. Digamos que ya no era necesario hasta ahora.
ReplyDeleteLa señora Amparo Casar aportaba que cuando se llega al punto de la desesperación, de la desesperanza, se atestigua esta aparente pasividad.