Desde la LUna

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Friday, November 25, 2011

Peter Gabriel: la integridad del genio



Un maestro, un clásico, una leyenda. No es que uno se incline a la exageración, es que realmente es emocionante verlo, escucharlo.

Sencillez, humildad y grandeza, genialidad, una combinación que muchos de los que estaban en México anoche, en el Auditorio Nacional, en las primeras filas debieran comprender. Gente grosera que se la pasó tuiteando en pleno concierto, gente que tal vez obtuvo gratis los boletos y que se notaba a leguas no conocía la obra de este maestro sino "las conocidas", boletos que a otros nos tomó semanas de ahorro  y no comer mucho...pero eso quedó atrás cuando Peter sale caminando sin estallidos de divo, sin bombo y platillo, así, simplemente saliendo al escenario y comenzar con un: Gracias. Un "gracias" que nosotros en México le correspondíamos ampliamente. Es de notar que Peter repite mucho esta palabra tan llena de gracia, como diría Octavio Paz: "quien agradece muestra su gracia y no es un desgraciado".

Qué gran persona es Peter. Además de un innovador en constante búsqueda. Es lógico que ya no podemos "exigirle" (como a Bowie, Waters o Dylan) que "innove" cuando ya lo hizo con creces. Pero también es digno de hacer notar que Peter solo tiene que postear en su página que se presentará en tales y tales lugares para que se vendan los boletos a los fieles. No necesita de súper campañas, ni de atiborrar los medios. Simplemente así. ¿Quién ahora puede darse ese lujo?

Desde sus inicios solistas, cuando dejó Genesis, Gabriel jamás fue de hiper llenar los lugares. Siempre fueron teatros pequeños, ricos, más disfrutables, con fans que de veras son fans. No se necesita más. Sabemos que no anda en pos de pegar con un "hit" los charts, y sin embargo también le tocó su dosis con un excelente disco, "So". 



Sus conciertos desde siempre han sido legendarios. Con pocos recursos (comparado con las bandas que se distinguen por grandes despliegues efectistas)  puede crear experiencias inolvidables. Elegante. Fino. Profundo. Privilegia lo que importa: la música y que se escuche como debe ser.

Tiene la cortesía de intentar hablar en español, tiene buen humor, si equivoca una letra o entrada pide recomenzar (anoche sucedió con la dificilísima "My body is a cage" de Arcade Fire) con humildad, pero también con grandeza. 

Y lo mejor de todo es que ¡así es él! No está fingiendo. Cuando visita América también viene a revisar, enterarse de lo que sucede en el tema de Derechos Humanos (en Brasil, en Argentina, en Chile, en México, por señalar este lado del planeta) y apoyar a Amnistía Internacional (siempre lo ha hecho desde que Bono lo invitó), su programa Witness (que básicamente reparte video cámaras para que pueblos oprimidos puedan documentar las atrocidades y sean los culpables expuestos), y demás causas. No proclama ser altruista para vender (como hacen hoy miles de bandas). Simplemente está en su naturaleza. No intenta tornarse apóstol de la bondad ni ser un ser puro, aunque muchos lo reconozcamos con conocido arcángel (fans al fin). Es una buena persona.

Como jefe ha de ser un cabrón. Es lider, lógicamente, y es estricto. Es obsesivo con la búsqueda del sonido que él quiere, no tanto con la perfección pues él sabe que eso te ata más que te libera (puede tardar más de cinco años en culminar otra obra. Ahora ha apurado el paso, tal vez la edad), pero se pone reglas estrictas en cada proyecto y gusta de no repetirse descaradamente. 



En estas últimas entregas, en las cuales arregló sus temas para una sinfónica no aplicó la fórmula facilona de "que se oiga la misma canción pero con orquesta", en realidad hizo todo un proceso de adaptación y tal vez re-composición para que tuviesen ecos de sus compositores preferidos (y él mismo alertando que con las debidas proporciones) como: Arvo Pärt, Stravinsky, Reich.

Verlo te da un aliento inexplicable. Te sientes muy emocionado pero no sensibleramente alocado. Muy budista (no sé si lo sea, pero parece). Aunque, cuando lo veo, debo reconocer que entiendo a las chicas que le gritan como desquiciadas a un Bibier...ja.

Como siempre el ambiente estaba atrás, con la gente que no le alcanza para pagar los altísimos precios de adelante (yo ahorré y estuve allí como loquito solo pero feliz).

Como siempre, este señor es un ejemplo en verdad: haz lo que amas, hazlo bien, no presumas de ello, que los hechos hablen, y devuélvele algo al mundo.

No se tira al dramatismo, no se indigna con enojos (pese a que admite tener su carácter, al final genio que es), no "le vende" a la gente más que la idea, nos deja decidir. Y acepta cuando se pone el traje de vendedor y "tiene" que salir a promocionar un disco o dvd con entrevistas en la tele; también acepta irónica pero sinceramente que ofrece camisetas y ediciones especiales: su sinceridad lo hace aún más encantador y por supuesto que ahí vamos a comprar los artículos.

Yo soy escritor pero si alguien ha influido tremendamente en mi vocación y en mi esfuerzo por ser mejor, no repetirme y seguir aprendiendo, es Peter Gabriel.

Si decidimos acabar con el mundo el próximo año moriría con una sonrisa. Pero, ojalá los mayas aguanten y esperen a que vea de nuevo a Radiohead.

*Nota: los mayas jamás realizaron profesías. Si hemos acabado con el mundo hemos sido nosotros mismos...y también nosotros lo podemos recrear.

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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.