No vayan a arrebatarme esto, no vayan a
arrebatarme lo único que tengo, es la explicación de mi muerte.
La Milagrosa, Carmen Boullosa.
Pero Antes déjame decirte que te quiero, que tu amor es la única cosa que yo tengo, y me voy de tu lado porque no quiero perderlo.
José José
¡A veeeeeeeeeer! Estas últimas semanas,
cuando mi forma humana desaparecerá y dejaré en prenda en este raro planeta a mi
androide, me han pasado cosas muy muy extrañas, raras, pero que no me asustan
pues siempre he estado familiarizado con ellas. Pero esta vez hay tintes
distintos.
Otra vez las conexiones, oooootra vez.
Siempre me ha pasado solo que hace unos pocos
años atrás me he percatado de ello y lo he asumido de manera muy conciente (ya
cuando me pasa porque cuando me pasa no me doy "cuenta"): resulta que
de pronto me da por escuchar música de cierto artista con cierta insistencia y
es cuestión de horas para que me entere que ha sacado un nuevo disco. Así. De
veras.
Pero con Carmen ha sido aún más
extraordinario.
A veeeeeeeer: yo iba por La Patria Insomne
Enterado de que Carmen Boullosa presentaría
su nuevo libro de poemas en el Palacio de Bellas Artes, de inmediato me entró
la urgencia de poseerla (la obra, porque de lo otro ya he releído a Bolaño casi
casi anotando en bitácora acerca de todos los admiradores semidioses y mortales
que han caído fulminados por su rayo...aquí otro mortalito: presente. Ay, pobrecillo
de él, inoceeeente, ternuriiita. Pero What the heck, pa eso tiene uno la imaginancia ¿qué
no?), pero era más la urgencia de leer sus poemas porque...Ella es grande entre los grandes.
¿Por qué había yo
vuelto a la magia literaria y grandiosa de Boullosa? No lo sé, lo que sí sé es
que un signo de este año ha sido el que yo no he pegado ojo (el par real y el de la mente). Lo cual ha estado
re bien pues he podido leer como nunca, y trabajar y componer mis proyectos y
meditarme y reflexionarme y decidir qué hacer con los 45 ya casi me tienen del
cuello...
...Bueno, que la cosa es que para ser cabalmente un Insomne y sumándome a la tribulación que ha sido atestiguar una
guerra tonta tonta (creada solo porque no se pudo con lo de los empleos) quise
irme de este mundo con la poesía de nuestra más alta poeta (osea, que podría conversar muy a gusto ella con Sor Juana, ¿así de plano? Así. Tú lela.)
El androide abandonado y el humano desterrado
Debería explicar el por qué del androide y el
humano. Cada año que se aproxima mi cumpleaños es para mí como mi año viejo y
año nuevo, es mi corte de caja, es cuando digo si hice cosas o si me hice
menso. Si "mejoré" o no. No haré aquí el balance porque no los quiero
aburrir más, o no te quiero aburrir más, admirada C., si es que te atreviste a llegar hasta aquí. Pero resulta que una de
mis conclusiones ha sido que sí, los humanos congéneres (creía yo) me ven como
"muy intenso" y cuando he querido salir de mi Espacio (así le llamo a
mi hogar) para contactar, para ser sociable, para "tener amigos
nuevamente" pues la misión no ha sido exitosa. No me quejo ni me tiro al
piso, solo así ha pasado. Que soy muy "sensible" (yo digo que
sensitivo, que no es lo mismo), entonces la gente termina huyendo de mí.
Algo en mi sistema no está bien. Así que
decidí que el 30 de junio próximo se quedará mi androide, fabricado con los
materiales de la más alta calidad venusina, ya con todos los programas bajados (menos el intenso). Así como ahora que bajamos ideas del servidor más grandote llamado universo y que sí es cierto.
No hay nada de qué preocuparse, el
Gabrielow45 es amable como el humano pero menos séntido, más culto pero
sencillo. Y no busca nada más que continuar informando sobre el quéhacer
creativo y destructivo de los seres humanos. No hace trucos, ni dice échame la mano, nada de eso. Eso no se vale, no es la intensión ni nada. Esto solo es un largo gracias.
Carmen y la búsqueda de la patria perdida
Me lancé a ver por segunda vez Prometeo, del
maestro Ridley Scott, esta vez en 2d. Igual de sorprendido salí. Desde la primera vez que la vi se me
ocurrió lo del androide, que interpreta genialmente Michael Fassbender. Ya había cambiado mi cuenta de
Twitter porque si uno se proclama especialista en comunicación cómo continuar
con un nombre que la gente confundía y malescribía (KNOWINGproject, qué? Knowe?
Knaou? Que no wey?...no, no, déjalo, lo cambiamos). Primero claridad, luego
cantidad.
Hacía mucho que no caminaba por las calles de
la Zona Rosa, ahí viví un tiempo hace años con una mujer que amé terriblemente, Ivette. Después, ya en soledad, bajaba en las madrugadas a leer o
escribir en el Café Sanborns o me metía al Solid Gold a reflexionar sobre las
pasiones humanas, claro.
Años después, ahí conocí a Paola (bueno, ahí en la Zona Rosa, no en el téibol). Desde que la ví se me
hizo tan pero tan parecida (pero al final nada parecida) a Carmen Boullosa que
de inmediato me dije: a esta me la tengo que besuquear, cómo de que no. Para esto cuando la topé yo justo regresaba de un retiro en Taxco donde vimos ovnis y entré en trance... pero esa...esa es otra historia. Y sí.
No duró la cosa con ella: niños anteriores, sentimientos sin resolver de su parte…Y de
mi parte…pues nop, no era Carmen Boullosa. En fin, que me saqué la espina.
Del Cinepolis Reforma al Péndulo hay pocos pasos, entonces fue que me embarqué, casi como
en sus libros de piratas, hacia El Péndulo. No pues que no. Estaba una que
quiero leer nada más porque el nombre del personaje me recuerda a Soledumbre,
Sofonisba Anguissola, y porque juro que no existió, que existe ahora porque
salió de la mente hermosa de esa mujer (de ti, C). Pero la editorial es Siruela, aguas, osea=caro.
Y lo compraré la próxima semana, pero ahorita
yo quería La Patria Innnsomneeeeee. Qué aún no llega. Es frustrante. Pero no
tiene la culpa Carmen. Siempre hacen eso las editoriales y la verdad se me hace
una pésima estrategia mercadológica. Debería ser al revés, ya tener
distribuidos los libros y una vez listos realizar la presentación: lo que hace
uno como lector ávido de lecturas interesantes es correr a comprarlo. Bueno que
la chica del Péndulo y mi tocayo Gabo me mostraron La Novela Perfecta. He leído
casi todos los libros de Carmen, excepto: La virgen y el violín, El Velázquez
de París, Las paredes hablan y este par que platico, creo yo.
Yo me guío por mis instintos bajos y
superiores y creo firmemente que los libros nos llaman a nosotros y no viceversa.
Así que lo compré, o como dirían los gringos “me hice de una copia”. (wanna riiiideer?)
Jamás supe que el hecho de tomar el libro
entre tus manos activaba el mecanismo de La Novela Perfecta. Sin haberla aún
leído pasaron cosas…cosas…¿de dónde vienes Carmen, ya di, anda?
El lector imperfecto
Bueno pues primero eso: que volví a pasar por
el lugar donde viví (frente al Hotel Florencia) y donde conocí a Paola (que
digo se parecía a Carmen Boullosa pero que dije ya que pues no, para nada. Nadie jamás se parecerá a Carmen Boullosa, bulliciosa, nada ociosa, Bou, bow, nada de solloza ni mucho menos bolosa, tal vez un poco bolaña).
Luego, que el segundo día leyendo el libro,
cuando vi por segunda vez Prometeo, intentando entrar a uno de los Starbucks
que frecuento cuando llego a pasar por ahí (ya no lo hago desde que rompí con
Paola), no tuve más remedio que entrar al Sanborns que está dentro del Hotel
Calinda Geneve. La verdad no me acuerdo si aún se llama así, creo que ya nada
más se llama Calinda o Geneve, en fin, en ese hotel. Por cierto, ya el
bonito restaurante del fondo ha dejado de ser Sanborns. Entonces solo la parte
que da a la calle de Génova es Sanborns.
Cual sería mi sorpresa que al día siguiente
llego a las páginas donde el Ojo que va imaginando/creando una novela (dentro
de la novela) narra unas acciones por demás cachondas y vertiginosas ¡en ese
hotel! Lo juro, no tengo por qué mentir, ven Carm y te llevo con la mesera (ah, qué
listillo el hombre ¿verdad? Pero no más que la Salvaja, la Milagrosa, La de
Antes, La que Duerme, la de Treinta años, la que es Cielos de la Tierra…)
Recuento: entonces, fíjense ustedes el poder
de esta malvada novela: tú la compras y te vas a encontrar con conexiones,
lugares, recuerdos, desmemorias, personajes que tendrán que ver con tu vida.
Acuérdense (acuérdate Carmen) que yo iba por la Patria Insomnnnnneeeeeh (¿y la H cómo pooor?) y me pusieron en
frente La Novela Perfecta. Carmen es Lear, Lederer o Lecter: devora, en serio que viene de otra dimensión y además te devora.
Además, justo en la semana, pensando en cómo
escribir mi recuento de los daños a unos días de mi cumpleaños, recordé cómo
jugaba con mis muñecos de peluche y de acción y cómo les hacía la voz…¡y como
hasta ahora lo hago! Claro no tan igual, no se espanten, sino con un personaje
de tamaño real que me fusilé de los conciertos de Rogelio Aguas con su The
Wall. Un muñeco tipo galleta pero de tamaño normal. Yo, desde que retomé mis
conferencias creativas interactúo con un personaje –para el público- imaginario
que se llama Eloy, que me ha dicho en sueños viene de Venus, y que el staff
terminó llamando El Gumaro.
Bueno, pues el Gumaro hace su aparición en
mis shows/conferencias/performance y con él trato de motivar al público a
pensar que somos información, que todos somos energía, que la energía es
información y viceversa, que Mcluhan, que Tesla, que las arañas. No entienden
nada pero se divierten.
Que somos célulitas que parecemos galaxias
que parecemos luces que brillan que parecemos de otro mundo…
Estas y muchas otras coincidencias han
aparecido estos días desde que
compré La Boullosa Perfecta, digo, La Perfecta Carmen Boullosa. En fin. No estoy nervioso, no estoy nervioso...
Adendum
Yo me enamoré de Carmen Boullosa (como
millones ya sé, ya sé) desde que leí su Antes. Y antes de verla en persona. Yo
era fan de la revista Vuelta, obviamente de Octavio y no de sus clonecitos
(como los llama Bolaño).
La primera vez que te vi en persona Carmen adorada fue
como sueño (ya, qué cursi, ¿ves porque me huyen? Pero no serio, serio mannntaaah), una ráfaga. Yo salía del IFAL (que juuuuusto está también por la
Zona Rosa, dios, dios, qué es esto, qué novela perfecta es esta), creo que pedí
informes de becas para Francia, quería irme a estudiar cine, sí ajá. Bueno,
pues saliendo vi una visión bellísima vestida de negro como su cabello negro y
profundo y largo como la noche, me pareció recibir algunas notas de su aroma a
galaxias enteras, Carmen parecía desplazarse en cámara lenta ¿o flotaba?, su
falda era negra también, ligera y parecía fundirse con ella y el aire, como las
pinturas de Remedios, elegante, sabia, cruel, traviesa, niña. Hermosa, Hermusa. No me atreví a
importunar esa aparición. Siempre me dio terror acercarme a los artistas que
amo porque temo que si me hacen una grosería me rompería en ese mismo instante
( lo temí con Eduardo Milán y fue un pelado y ni es taaaaan gran poeta, lo temí
de Eduardo Lizalde y fue tan amable y generoso (¿Garibay? Apellido de escritor,
¿escribe usted, Garibay? Escriba, escriba); lo temí de Marco Antonio Montes de
Oca (oscuro y lejano pero generoso también, grande grande poeta carajo), lo
temí del mismísimo Octavio Paz, a quien me topé un par de ocasiones de la
manera más chistosa y que en la tercera tuve el honor de que tropezara y yo
fuese sus bastón. Qué honor. Un don Octavio Paz que, cuando me acerqué (o que
me armé de valor) a saludarlo estaba charlando con un personaje sin interés (un
tal Barlett, uno que creo tiró un sistema y, cosa nimia, arrebató el triunfo a
Cárdenas para la presidencia de la República), interrumpió su plática, me extendió su mano maestra, me
miró a los ojos, sonrió y me dijo: gracias, gracias, qué amable, Gabriel. ¡No
me lavé la mano en días lo juro!
Bueno, todo eso años después de haber visto a
Carmen Boullosa entrar como la reina que es al IFAL.
Desde siempre la he admirado mucho, desde
siempre he estado cierto que es una de nuestros más grandes escritores. Ahora
estoy seguro que tiene que recibir el Premio Nobel, que lo merece mucho, mucho,
que es no solo la mejor escritora de México, como bien apuntó el gran Bolaño,
sino del mundo ahorita. En serio.
El año más rico de mi vida
Tengo que confesar algo: antes de que entrase
este aciago año de 2012 en que ya valdremos gorro todos, según los que inventan
que los mayas inventaron eso (oseaaa), yo planeaba adelantarme muy
mishimamente. Ya cansado de todo, sin corazón ya y bueno, no viene al caso. Ni se me espanten.
Y resulta que ha sido uno de los años más bonitos en mi vida.
Primero porque ya sé quién soy y qué soy.
Porque terminé otro librito, porque escribí un maravilloso guion para un corto
animado en 3D con mi socio el gran Carlos Vilchis, genio de la animación por
computadora y un ser humano valiosísimo. Porque bajé de peso. Porque aún tengo chinos en la cabeza (originales, no chinos de China) y que son más rebeldes que yo.
Fue un gran año porque en el momento crítico
vino la mano del gran Sergio Aguayo, lo conocí por fin en persona: un señor que respeto como a nadie, para colaborar con él en cosas de
comunicación, redes sociales, etc.
Signo: virgo.
Fue un año incendiario para mí porque una
mujer a la que amé con locura y devoción, anunció su boda. Me enteré por fatal casualidad y en este mes. Esa
última estocada me evaporó y me hizo renacer. En el pasado quedó por fin, por
fiiiiin, este amor que me tuvo loco y enfermo por años, amour feu, en verdad.
Signo: virgo.
Fue un año en que comprobé que puedo sacar de
onda a ciertas personas: una conductora de tele, que se me hace la más elegante
y refinada, decidió bloquear mi cuenta justo en este mes. Probablemente porque también se casa
próximamente y tal vez mi condición de fan podría incomodar a su prometido, ve
tú a saber, pero juro que jamás la ofendí, ahí están los tuits y sus amigas que
aún me siguen. Signo: virgo.
Fue un año en que me di cuenta que colaboro
muy bien con mi actual jefe, Jose Luis Ávila, a pesar de que luego chocamos
somos muy compatibles. Signo: virgo.
Y fue el año en el que he recibido el regalo más
maravilloso: que Carmen Boullosa esté por ahí, de pronto, tan amable y generosamente,
respondiendo mis mensajes sin interés. Signo: Virgo.
Concluyo entonces que yo no soy quien viene de
Venus, sino que los venusinos sienten una curiosidad peculiar por los
cancerinos como yo.
Tesla, cáncer como yo, esa energía
que venía de Venus no era porque tú vinieras de allá, era porque estaban
fascinados contigo.
Algún día nos encontraemos.
(parte II del Examen de Inconciencia, antes del #YoSoy45)
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.