Como dijera Wittgenstein, lo pensado es posible. Y Reed fue posible antes y después del pensar, de ser pensado y de lo que pensó. Desplegando palabras en atmósferas y rieles de música resonante, cruda, desnuda. Metálica.
Más allá del lado salvaje y Nueva York. Más allá de la ciudad, dentro de ella.
Poeta.
Guitarrista imaginador.
Reed y ese sentimiento de que hay seres que se van demasiado temprano. De que había mucho más que recibir y mucho más para dar de parte suya.
Es lo que es y nos guardamos una colección de poesía y música. Monolitos fríos pero no carente de sentimiento.
Lou.
Por siempre, mientras exista alguien que le importe la poesía verdadera, desencarnada y comprometida con nadie.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.