Tú aplaudes porque te gustó una acción.
Aplaudes porque sientes empatía.
Aplaudes también por burla. Por la chorcha.
De inmediato pensamos que le aplaudieron al politiquillo porque "lo apoyan".
No necesariamente.
Aplauden porque les conviene.
Aplauden por cinismo.
Aplauden por la chacota.
¿Por qué los diputados se distinguen más por su vulgaridad?
¿No es contradictorio a la fracasada imagen que quieren darse de "altos funcionarios"?
Son humanos. Son morbosos.
Pero están investidos, representan, son el reflejo de la ciudadanía.
¿Costaría mucho ser discretos durante su período como legisladores?
La figura pública debe guardar cierta compostura, pues no eres tú sino lo que representas.
Idealmente podríamos imaginar que ser lo que se representa sería coherente.
La vida no es así.
Entonces, aplaudes porque también te consentirán tus actos, tal vez.
Aplaudes porque te unes.
Apaudes como chimpancé.
Por repetición.
Aplausos.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.