Desde la LUna

Tu planeta llamado Tierra (¿por qué no le pusieron Agua?) se ve de la siguiente manera...bienvenid@

Wednesday, January 28, 2015

Dieta de noticias


 Casi se cumple poco más de un mes en que decidí hacer una dieta de medios informativos. No cuento con televisión de leds para despertar con noticieros. No me angustia el que no me halle aún a la par de mis congéneres en la era digital. Tal vez más tarde y solo para ver películas.

La dieta que me -iba a decir impuse pero no es tal- autoreceté consiste en ponerle pausa a una costumbre que tenía yo desde jovencillo: leer los diarios. No leo los diarios impresos, me brinco noticias en la internet, no veo televisión abierta ni cerrada, no escucho noticieros en la radio ya. Acurrucado en el oasis calmo de la ignorancia. Del no saber "qué está acontenciendo en el mundo". Me pierdo de "la información que nos ayuda a decidir". Jamás he comprendido en qué me podría ayudar recetarme una talega de desgracias y proclamas poco gratas para decidir. Decidir, ¿qué? Las cuentas se tienen qué pagar, las deudas se tienen que saldar. Ahí no hay espacio para decidir. O lo haces o lo capoteas pero tarde o temprano llega el destino abonero a cobrar. No puedes escapar.

Sé que sonará irresponsable a algunos oídos concientizados (alebrestados y en pulsante estado de ira contenida e impotente) que poco a poco se sumergen en un mar negro de desolación: estar conciente. 

Tienes que estar conciente, tienes que despertar: nos dicen. Decía yo también. Lo sigo pensando a veces. 

Tienes que estar conciente de lo que está pasando para "hacer algo" al respecto. Ese actuar se traduce en marchas y guerra toma y daca de mensajes en Twitter y Facebook. La ola de desolación la vamos propagando todos pues nunca se vislumbra la solución. 

Estar conciente es una actitud. Un recurso ante la desesperación de vivir. Ante la impotencia de no tener los medios para alcanzar lo que se desea, ya no digamos lo que se necesita.

No lo niego ni lo critico. Una parte de mí sigue ahí. Mi corazón está ahí. Queriendo ser rebelde y contestatario o simplonamente respondón. Porque es cierto que esto desde hace decenios o más es un caos. El enojo ante el caos, ¿ayuda? ¿Es "productivo"? Ya no lo sé.

Solo decidí darme una pausa que pretendo dure por lo menos este año. Experimentar qué sucede en mí, qué tanto soy menos conciente, qué tanto caigo en el sopor de los dormidos, de los pasivos, de los que no hacen nada al respecto. Dicho sea de otro modo: los que no van a marchas o se pelean en discusiones inútiles con quienes deberías aliarte en las redes sociales.

Vamos que el Poder se las apaña requetebien. Divide y vencerás. Déjalos, déjalos que marchen. Déjalos que bloqueen calles a sus propios congéneres que no tienen vela en el entierro. Que marchen con las pancartas hacia el frente con lo cual la posibilidad de enterarte de qué trata ahora la protesta es nula. Ciudadanos contra ciudadanos en una guerra sin cuartel por despertarse los unos a los otros mientras el Poder bien gracias. 

No quiero ser cínico. Solo trato de vislumbrar todos los aspectos que se vienen a la cabeza sobre un tema. 

Este minarse por dentro, arrastrando una actitud y pensamientos derrotistas, iracundos, frustrados -llamados indignación- ¿a dónde nos conducen? ¿El andar las calles encendido y renegando ayuda al incenciado, ayuda al entorno? Por supuesto que la posición contraria es igual o peor de miserable: el quedarse con el ya ni modo, no se puede...

¿Cómo equilibrarlo? ¿Cómo embuirle a las protestas, a la inconformidad ante todas las argucias que nos aplica el Poder, un sustento o un espacio para que fuera de ello no me afecte a mí mismo?

Me parece que México es aún muy joven en temas de revoluciones, hoy simbolizadas en las actitudes, proclamas y pancartas de los jóvenes que marchan, que alzan la voz. 

Es cierto que hay que abrir la boca. No soporto a quien se queda callado ante una injusticia infringida a él mismo, ni siquiera protestar. A los jefes no debes interpelarlos, cómo se te ocurre contradecirlos. Jamás. Jamás haré eso. 

Si le preguntan a mi corazón este está con esos inconformes, con los desilusionados, con los que han despertado ante la sin razón del mundo, nunca he dejado de estar con ellos. En tanto que me estaba desgarrando por dentro. Esa sensación de no poder hacer más, la frustración incrementada de que a una gran mayoría le importa un pito lo que suceda. Sí, me molesta mucho y me estaba pegando. Y no me lo podía permitir.

Me parece que en los libritos que me he escrito, libros que aún no quieren dejarse terminar, que continúan en procesos de corrección, he plasmado mi protesta, mi indignación intentando vertirlo no como vómito sino como un objeto que pueda tener algo interesante: una novela, un poema, una obrita de teatro. Vamos crear en la destrucción y no quedarse mirando los templos desmoronados.


Aunque también uno entre en otro tipo de ciclón desolado. Aquel en donde te encuentras tú solo con tus obras que por no salir parecieran anónimas o fantasmales.














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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.