Un ejercicio que se esfuerza en pasar del papel a la página electrónica. Tiene sus ventajas, pero sobre todo sus diversiones. En primer lugar, visualmente es atractivo poder intercalar texto con imágenes. El espacio de este espacio en el infinito de la www, donde puede uno encontrar un blog prácticamente de lo que sea. Operación solitaria, este blogueo ayuda mucho a aterrizar planteamientos, explorar ideas que poco a poco y paulatinamente irán tomando la forma de un nuevo libro.
Aquí uno borronea, traza líneas que te llevarán a uno o varios caminos. Es, como hiciera alusión Brian Eno con respecto a la música, "un espacio en el que puedes estrellarte en tu avión y salir ileso".
Yo no sé qué pasaría si tuviese miles de seguidores atentos a lo que yo escribo. Qué miedo. Porque esta anónima actividad me regala en su oscuro lugar esa libertad de no considerar a nadie ni nada.
No hay que quedar bien con nadie. Y no debiera de ser así, sea como fuera la situación. Yo admiro, respeto y sigo a escritores, periodistas o pensadores, que transmiten esa valiente postura del no quedar bien más que con su conciencia, su pensar.
No damos oportunidad: en el momento que alguien expone una postura pareciera que está defendiéndola a morir. Y, no obstante hay premisas inalterables, el pensamiento, el ejercicio de reflexionar nos permite viajar a otros territoros, situarnos en un "qué pasaría si..." para tratar de indagar con más sentimiento lo que pensamos. Nosotros mismos nos encerramos en nuestra cajita de mente sin permitir ideas distintas, ni siquiera para considerarlas.
Hoy es casi indispensable, para adquirir un gramo de credibilidad dos cosas: 1. Ser famoso. No importa la poca o mucha profundidad de tus reflexiones, es más fácil que seas escuchado. 2. Que anotes estadísticas. Como si las encuestas y porcentajes significasen la verdad de tu razón. No es así.
Y nada más contraria mi opinión a lo que todo mundo piensa. No importa.
La soledad bloggera me permite dialogar con un puñado de raros terrícolas que de pronto se asoman a este lunático espacio para escudriñar qué cosa loca trae ahora quien escribe; pero más que nada me ha permitido dialogar conmigo mismo. Una vez plasmadas las cosas que aquí se pegan, uno tiene un panorama, un mapa de los circuitos que en esos momentos nos electrifican y nos hacen movernos.
Entonces sí: un blog, una bitácora de vuelo o navegación.
En mi caso de vuelo, porque seré muchas cosas para muchos o tal vez nada, pero no hay duda en que amantes y amores, odios y reservas, profesionales y amigos, siempre tocan un punto coincidente con respecto a mi persona: estás bien loco.
Y loco será entonces, quiero pensar, me permito, es mi gana, el que no es tan igual, el que no es tan idéntico. Últimamente he pensado que lo ven como alguien al que no pueden acceder "porque no lo entienden", porque no es común su proceder.
El loco como el raro. El loco como el expulsado no porque no se entienda lo que dice, sino porque se entiende tanto que mueve, que duele.
Y nadie quiere dolerse. Vivimos la época del no dolor, del no difícil, del mínimo esfuerzo. Hoy es anacrónico, incluso inconcebible que alguien tome el camino largo para lograr sus, eso que llaman, metas.
Todo se trata de lograr un tanto de fama...¿y sí?
Todo se trata de lograr un "hazme caso"..¿y sí?
Uno llega a veces a conclusiones que podrían parecer autoflagelantes, conmiseraciones ridículas, al definirse y decir: estoy hecho para estar solo. En efecto: nadie me comprende y yo no me he dado a entender. En efecto, toda mi vida he estado solo. No como perro pero solo.
En efecto: tanto ustedes no me comprenden ni quieren, como yo tampoco a ustedes. Pero lo intento.
Y no importa y francamente no me interesa. Ya han sido muchos años así. Prácticamente no pierdo nada.
Así decimos, así nos disparamos.
Se trata de venir al mundo a hacer algo. Lo que sea, pero hacer algo.
Se trata de venir al mundo a hacer algo. Lo que sea, pero hacer algo.
Hay quienes, una vez obtenida la posición social que tanto anhelaban se encargan de "acercar" a sus hijos a "personas bien" para que "vayan por el buen camino". Y tratan a sus "viejos amigos" con el gesto del perdona vidas porque no es como ellos, no pertenece (como dirían los gringos).
Hoy la gente prefiere ver un juego de fútbol que tomarse un café con alguien a quien consideran amigo.
Hoy hay quien, ante una declaración de amor, prefiere callar, ignorar, fingir demencia, porque es más fácil sellarse.
Hoy hay quien, sabiendo a todas luces que también está enamorada o que ama, se cierra también porque es para ella intolerable el vislumbre de un amor que podría ser maravilloso.
Hoy hay quienes temen salir al mundo a mostrar lo que hacen por el latente miedo a ser rechazados, y sabiendo que si en eso no obtienen un reconocimiento mínimo, su vida estaría destinada a no muchos mañanas ya.
Sean cuales fueran las razones, los recovecos, la verdad es que todos tenemos estos miedos, estas soledades.
Pero también existe la capacidad de crear, de continuar reinventándose cada día para buscar a esa persona que venimos extrañando tanto desde el primer día y que nos confronta cada mañana frente al espejo.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.