Algo que debemos reflexionar todos, sobre todo aquellos que tienen acceso a medios masivos, escriben sus opiniones en diarios o los expresan en la radio, es sobre ese irrefrenable deseo de ser pitonisos cuando hablamos sobre algún tema político.
Por lo menos, lo que he visto en el periodismo en México, es una tendencia a vaticinar los acontecimientos, generalmente tendientes a lo negativo.
Uno puede abrir cualquier diario y las editoriales se escriben en tono fatalista, pesimista y con un dejo de adivinación que en verdad puede perjudicar manifestaciones que persiguen un fin benéfico.
Como ejemplo, la Marcha encabezada por el poeta Javier Sicilia o el movimiento llamado La revolución de los indignados, en España.
No han faltado ya los intelectuales (de respetable trayectoria y seriedad) que se han lanzado con fauces y garras a "buscarle" los defectos al movimiento, a hallarle fallos, a pronosticarle la derrota.
Se quejan de que Sicilia y quienes lo apoyan no "presenten propuestas" para resolver tan graves problemas como la guerra contra el narcotráfico del Presidente Felipe Calderón, los crímenes contra mujeres en Cd. Juárez, entre otros densos temas.
En primer lugar uno se preguntaría: ¿es su deber hacer propuestas? ¿Es realmente obligación de un movimiento que exige se resuelvan las cosas a quienes gobiernan, presentar soluciones?
Entonces, ¿quién es el que debe hacer el trabajo: los manisfestantes o los gobernantes?
Quejarnos de ello es tramposo, puesto que cualquier planteamiento que se haga tenderá (siguiendo la línea de casi todos los intelectuales) a ser devastado por los "especialistas". Se dirá que un poeta (o quien fuese) no tiene las credenciales para ser militar o economista o sea cual fuere la ocupación experimentada en tal o cual tema.
Es riesgoso porque al cuestionarlas el movimiento se tambalea pues crea dudas y desilusión.
Los intelectuales y periodistas (no todos, pero una gran mayoría) que se arrojan a echar abajo movimientos que se generan con un fin, por lo menos hasta donde hemos visto, legítimo y ·"bueno", deberían tener en cuenta el bien de todos, el bien de los demás, no nada más el momento del lucimiento personal, inevitablemente empujados por el ego.
Claro que se puede diferir, claro que hay cosas que en detalle nos ponen a reflexionar, nadie podría estar nunca totalmente de acuerdo, de cien a cien, en lo que se propone. Pero, es más importante que prevalezca el objetivo. Y el objetivo no es plantear propuestas, lo sentimos mucho.
Para ello están las personas que se supone saben lo que están haciendo, tienen la autoridad y el poder para rodearse de profesionales en la materia para encontrar otros caminos.
Es absurdo pedirle a un movimiento de mujeres, de jóvenes, o de civiles, un conjunto diverso, con distintas ocupaciones y preparaciones de oficio, profesión u ocupación, que sean ellos quien planteen punto por punto las soluciones.
Quienes están dentro de algún movimiento, por supuesto que pueden proponer, pero no es el deber de una manifestación.
Una manifestación no es un concurso de propuestas.
Una manifestación es eso y punto: UNA MANIFESTACIÓN.
MANIFESTAMOS NUESTRO DESCONTENTO
MANIFESTAMOS QUE LAS COSAS NO SE HAN RESUELTO
MANIFESTAMOS QUE POR QUIENES SE VOTÓ SE PONGAN A TRABAJAR
Que si las cosas no han resultado: CAMBIEN SU ESTRATEGIA.
Entonces, estaríamos luego cuestionando a un poeta por desear tener aspiraciones políticas, por "proponer" planes que serían del ámbito jurídico, económico o militar.
No debemos caer en ello. Cada quien debe hacer lo que le toca hacer.
Una manifestación manifiesta.
Lo que se pide al final es que los gobiernos ESCUCHEN.
NO ESTAMOS DE ACUERDO
Quien debe proponer y cambiar las cosas es quien tiene la sartén por el mango, quien tiene el poder de cambiarlo en la realidad: los legisladores, los diputados, senadores, el presidente de la República.
Uno como persona, como ciudadano, hace valer su voz.
No es correcto que los "especialistas", muchos nada más sentados escribiendo sus columnas a cambio de dinero también, echen por tierra el deseo de que cambien las cosas.
Deberían respaldar también.
Y claro en su momento señalar las cosas que podrían AYUDAR a que sea más claro el mensaje.
Pero, las disecciones se realizan a los muertos.
No matemos antes de tiempo lo que puede ayudarnos a todos. Sabemos que el ego es un tirano que nos da gusto personal pero a veces hay que pensar en los demás.
No se trata de no decir lo que se piensa, se trata de que también hay un tiempo y un cómo para decirlo.
Se trata de tener un poco de tacto.
Estoy de acuerdo y no estoy de acuerdo (soy dual).
ReplyDeletePor un lado y en mi opinión, no solo hay que manifestarse, hay que aportar propuestas de valor y concretas y hacerlo desde dentro del sistema para cambiarlo, o sea, con el voto en las urnas. Hay mucha gente que desea una revolución pacífica sin tintes políticos de ningún signo, sino un cambio social motivado desde y para los ciudadanos. Te diré que en varias asambleas de barrio (yo asisto a una en concreto), ya hay supuestos "líderes" que intentan condicionar y politizar este espíritu, por lo que si les dan cancha y protagonismo, se lo cargarán.
Por otro lado espero y deseo que el movimiento #15M #indignados #spanishrevolution no se convierta en un Bluff como muchos desean. El próximo 19 de Junio tendremos la oportunidad de saber si es cierto que continúa ese espíritu y no prevalece y lo hace de forma unánime.
Enhorabuena por el post.
Un abrazo y seguiremos informando desde este lado del charco.
Estimada Carmen:
ReplyDeleteEn lo escencial, que es lo importante, estamos de acuerdo. Gracias por tu comentario. Yo tengo confianza en que el espiritu que ha impulsado los movimientos prevalece.
Sigamos conversando.
Muchas gracias.
Gabriel