Se pusieron de acuerdo a través de las redes sociales. Mediante estas se organizaron con mayor facilidad. Se informaron e informaron paso a paso de todo lo que se vivió.
Se advirtieron de que cualquiera que intentase provocar violencia "se abrirían" para dejarlo en evidencia.
Se unificaron. El reclamo es uno. Y millones fueron, otra vez, uno.
Y fueron varias ciudades, varios países.
Y fueron todo tipo de personas.
Y son un ejemplo.
Y son inspiración.
En este nuevo siglo jamás se había utilizado un instrumento tecnológico de comunicación con tal eficiencia, con tal fervor, emoción y propósito.
Y no lo "hicieron las máquinas", no se debe "a las máquinas", se debe a la gente.
Pero, no solo es esperanzador y energético: es una realidad irrevocable: cuando la gente quiere, cuando cada uno se centra en los demás, cuando todos son uno: se mueven las cosas.
Y se van a mover, porque impactó, porque nadie lo puede negar.
Claro que habrán resistencias, claro que estamos ante sistemas trabados, pero se logró algo muy importante, se sigue logrando.
Parte de la vida de cualquier individuo en un sistema que lo oprime de esta manera es, será, dedicar parte de su tiempo a manifestarse, a unirse a sus semejantes.
Octavio Paz dijo hace mucho que un ingrediente deben de agregar los políticos en sus vidas diarias personales y de trabajo: la piedad, la misericordia...no la lástima, la piedad.
Aquí está la fuerza, aquí está una sola voz que vale millones.
Y millones de imágenes que valen una.
Paz y fuerza y comprensión.
Desde México, estamos con ustedes.
Somos uno.
Gracias.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.