Lunes de Lunatiqueses. Ni pa trás ni para adelante, seguramente le ha sucedido al lector:
para evadir el asunto del pagar sus jefes o superiores lo inundan con noticias de lo mal que va el país, que va a pique, que nadie está haciendo nada, que el huevo vale oro, que la culpa del gasolinazo...no continuamos, conoce hacia dónde vamos, y lo saben también ellos: ¿le ha pasado que llega cierto individuo (haciendo teatro o no) arrastrando el paso, apesadumbrado, soltando únicamente oraciones derrotistas? ¿Cómo se siente, qué puede advertir de la atmósfera que le rodea? Nada grata, ¿no es así?
La terapia de los vencidos o la terapia para los vencidos: me hago el sufrido contigo para evadir y no decirle de frente que no tiene para pagarle o no quiere, y mejor le presenta su mejor actuación para deprimirle.
La técnica del derrumbe: todos aquellos que solo se la pasan hablando de apocalípsis y días horrendos, que cuentan los muertos y no los nacimientos, que enumeran las tragedias y no las alegrías, tiene uno cerca de usted o usted es uno de ellos. Nos dejamos llevar por las redes sociales: o somos ingenuamente optimistas y nos arrojamos a los brazos de orientales pensamientos que se quedan en frases célebres o nos dedicamos a esparcir la técnica de la derrota, la del ya pa qué, la de echar culpas, todos están mal, todos son deshonestos menos uno, supone uno. ¿Y hay provecho en ello? Ninguno.
La técnica del derrumbe: todos aquellos que solo se la pasan hablando de apocalípsis y días horrendos, que cuentan los muertos y no los nacimientos, que enumeran las tragedias y no las alegrías, tiene uno cerca de usted o usted es uno de ellos. Nos dejamos llevar por las redes sociales: o somos ingenuamente optimistas y nos arrojamos a los brazos de orientales pensamientos que se quedan en frases célebres o nos dedicamos a esparcir la técnica de la derrota, la del ya pa qué, la de echar culpas, todos están mal, todos son deshonestos menos uno, supone uno. ¿Y hay provecho en ello? Ninguno.
Yo le exhorto (me exhorto también) a mandar mucho a freír espárragos a quienes nos aborden con estos tediosos sermones: solo quieren hacernos sentir mal, decaernos.
No somos ilusos, estamos concientes de que los tiempos son los menos sencillos, lo vivimos a diario, también comemos y compramos el litro de leche y la docena de blanquillos. Pero no tenemos porque sumirnos en esa pausa agobiante. Sí, así están las cosas. Solo falta formularse la pregunta: ¿Y luego? ¿Y entonces? ¿Ya de plano que nos cargue el payaso? O mejor optamos por echar manos a la obra y hacer algo.
Yo he aprendido, pues mi carácter es tendiente en mucho al paroxismo del pesimismo, que no gano nada nadita con tomar esa actitud. Que no me ayuda en nada fumarme la negatividad del otro que me quiere derrotar a fuerza de desánimo.
Yo manifiesto mi rechazo a todo aquel que me quiere hundir con palabras nefastas,noticias u razonamientos a los cuales no puedo yo darles respuesta.
Yo manifiesto que incluso este mismo texto ya huele mal. Lo rechazo también. Lo acepto a costa de que mi actuar no sea así. Y probablemente el redactar esta entrada pueda ser grano de arena para no transmitirte pesar sino una reflexión, una semilla que alimente: no nos dejemos.
Por supuesto que no abogo por la estupidez del optimismo facilón. No, las cosas están del cocol. Bueno, típico, al mal tiempo buena cara.
Los adoradores de la desgracia la llevan a la mesa y la sientan con ellos. Hablando de temas escabrosos, de política nefasta, de engaños, de corrupciones...le sabe rica la comida? ¿Se ha sentado a reflexionar sobre ello? Imagine por un momento: ¿Invitaría a su casa a comer a ese personaje odioso? ¿Entonces porque no deja de hablar de él? ¿Por qué no cesa de traerlo a su hogar, a su ser? Contradictorio, ¿no es así?
Si continúan así las cosas preferiré muy alegre y estupidamente ser de los otros, de los que prefieren contar chistes, ver películas tontas y sonreír y hacer reír a mis semejantes.
Y a moverse, actuar, rebelándonos contra la pasividad, la pereza de pensamiento que es el pensamiento de moda y que pasa por ser rebelde y "comprometido".
No hay mayor compromiso que el que uno pueda sostener con uno mismo: no hay mayor responsabilidad y no hay mayor goce. De lo demás, si no tengo la respuesta, ¿para que desgastarnos en ello?
¿Le dará la victoria a los terapeutas de los vencidos?
¿Se dejará vencer por los que le quieren deprimir?
Es más sencillo, es cierto. Es más fácil y pasa Ud. por intelectual. Le faltan los lentes nada más.
Pero no.
Habemos los que no.
Y salimos corriendo de las salas en donde se llevan a cabo esas conversaciones que hasta en el ambiente siente pesadas, densas. Si presta atención se percatas de que el aire falta. Y en cambio, sitúese en el otro lado del salón, donde la gente habla más de lo que está haciendo por estar mejor, y lo ves en sus ojos, en su semblante, que en pasándosela de queja en queja, pasivos, quietos, muertos vivos.
La terapia de los vencidos: ser zombi o volverte un humano vivo.
Como siempre, usted decide.
Otra locura más del blog de los lunáticos.
Así sea.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.