Estos son unos puntos rápidos que pienso hay que anotar en lo referente a las discusiones eternas que ya ni siquiera escuchamos al respecto de la polémica reforma energética y la decisión o no del presidente de México.
Poco a poco iremos explicando cada punto en sucesivas entradas.
Por ahora enumeramos:
1. Los analistas que se oponen a la Reforma Energética han discutido innumerables horas y la realidad es que no nos han explicado concretamente qué se pierde con esta reforma.
Están sumergidos en una terminología estridente que no clarifica sino que simplemente se manifiesta como profesía fatalista.
Usan frases como que "el país se ha vendido", "que el petróleo ya no es nuestro", "que solo quedará en pocas manos el petróleo que es de todos."
Ellos y todos los que se oponen de manera virulenta a esta Rerforma no nos han aclarado:
¿Qué significa realmente "vender al país"?
¿Qué significa eso de que el petróleo "es nuestro"?
2. No es que defendamos el actuar del gobierno, pero tampoco podemos suscribirnos a una negativa inflexible que no nos ofrece razones, razones concretas, Se nos arrojan frases exhaltadas, condenas, pero no razones.
3. O son muy inocentes los analistas o de verdad también les interesa únicamente conservar su posición de "rebeldes" y recibir el pago de sus honorarios. ¿Por qué afirman con tanta seguridad que se está afianzando EL PRESIDENCIALISMO? A todas luces, el presidente Enrique Peña Nieto no es quien tiene la primera ni la última palabra.
Esas y otras iniciativas y estratégias no provienen de una sola mente. Y con toda seguridad menos de Enrique Peña Nieto.
México no vive ya un presidencialismo como lo hizo en los más de setenta años del PRI o en los dos penosos regímenes panistas (el último gran dedo fue Felipe Calderón, ¡sin duda alguna!)
Es un error garrafal y de apreciación el que se coloque a Enrique Peña Nieto como el único cerebro maquinando todas estas maniobras. Esto sí podría ser un distractor. Y si yo hiciese estrategia me vendría muy conveniente que todo se cargara sobre una sola persona para ocultar la verdadera relojería detrás.
Enrique Peña Nieto encarna la figura del presidente a manera de imagen. Efectivamente, candidato y presidente envuelto con las ropas de la maquinaria televisiva, es solo "la cara", literalmente, "el rostro" que lee discursos y se pasea. Pero, él no gobierna el país. No es ataque ni elogio, simplemente así es.
4. Los analistas que se expresan en contra del gobierno, en este sexenio, han tenido toda la libertad de expresarse pero su nivel de análisis o ha sido mesurado o autocensurado, o de verdad ya no están viendo con claridad las cosas, envueltos en su ya vieja verborrea.
Al final, todos quieren llevar agua a sus molinos.
5. De los que apoyan la Reforma Energética y cada decisión del gobierno, ni vale la pena decir nada. Simplemente preguntaríamos:
¿Cuándo el gobierno de México ha cumplido lo que promete a los mexicanos que gobierna?
¿Cuándo no ha robado el gobierno sea priista, panista, sea municipal, sea del interior de la república o del Distrito Federal?
¿Cuándo hemos vivido un sexenio en que de verdad se noten más los beneficios a la gente que su despojo?
¿Cuándo ha sido el petróleo nuestro? ¿Cuándo? Y ¿cómo?
¿Cuándo un político ha dicho la verdad?
¿De verdad no nos damos cuenta de quiénes son los que realmente gobiernan este país?
¿De verdad tenemos que sentirnos tan sorprendidos y ofendidos?
6. La respuesta no está quejándonos en los medios o en las redes sociales. Ayuda, te desahogas. Pero no estás resolviendo nada. Ir a las marchas, te desahoga, es trendy, pero no solucionas nada. No vas a solucionar nada enojándote, perdiendo los estribos, atacando, criticando. Será triste o enojoso también pero así es.
7. Si de veras el llamado "pueblo" (del cual yo en lo personal ya perdí la noción de su significado real, más allá de ser palabra mágica que en cualquier bando ayuda a venderse), si de veras todos los mexicanos fuesemos todo lo contrario a los políticos, me parece que sí sería factible una rebeldía manifiesta sin tener que marchar ni gritar. Pero en las calles siempre nos topamos con alguien que quiere sacar provecho de nosotros, o nosotros de ellos.
Todos nos merecemos un examen sincero, sin juicios, de cómo somos y de cómo queremos ser. Si no comenzamos por cada uno de nosotros menos, menos, podremos esperar que un gobierno cambie y troque en maravilloso dador de beneficios y buenaventura para sus gobernados.
Feliz año nuevo.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.