She takes just like a woman, yes she does
She makes love just like a woman, yes she does
And she aches just like a woman
But she breaks just like a little girl.-Bob Dylan
No lo comprendemos cabalmente o no nos detenemos a reflexionarlo: ¿porque hoy en día las mujeres hablan -como decían las abuelas- como rieleros?
Se contrapone su esfuerzo de pertenecer a una clase alta aunque no se posean los recursos económicos. La actitud que se muestra en la ropa, en los accesorios (baratos o caros), en el peinado. Quiere proyectar lo que las revistas dictan: estilo, distinción, elegancia.
Y si algo se contrapone a esa definición es la vulgaridad. Y la vulgaridad comienza y termina precisamente en el uso del lenguaje.
Nuestras jóvenes, que cursan desde la secundaria hasta una carrera profesional, no tienen empacho en espetar de sus lindos labios "chingas a tu madres", "no mames", "vete a la verga", sin reparo. ¿Es eso ser Elegante? Sin duda no.
Resulta que la Contradicción entre querer demostrar con todo lo que se tenga a mano que se es distinto, elegante e incluso intelectual (sea lo que quiera significar) y la manera de conducirse una mujer en público mediante florilegio de peladeces es más que obvia hoy.
¿Por qué?
Inmersos en la gran confusión que se ha tornado la defensa de los legítimos derechos de la mujer, el incuestionable trato igualitario que merecen en el ámbito laboral, el respeto a sus decisiones, se encuentra también una suerte de machismo a la inversa: porque soy mujer tengo que mostrarme fuerte como me dicen que soy, como siempre he sido, solo que viéndome lo más hombruna posible.
Esto no tiene que ver nada con la prefrencia sexual. Es una actitud en el medio laboral que se derrama a los círculos sociales, en las plazas públicas, centros comerciales, donde atestiguamos un despliegue masculino en quienes antes tenían como virtud ser delicadas.
Quizá sea un nuevo mecanismo de defensa. Si la mujer se muestra delicada y dócil en el ambiente laboral o incluso en cualquier otro ámbito de inmediato será objeto de abuso, falta de respeto u obstrucción.
La dificultad radica en hallar el punto de equilibrio.
Pues la mujer exitosa de hoy y más inteligente no es quien troca en actitudes masculinas reflejadas más sencillamente mediante el lenguaje soez o procaz (la insolencia ya es una virtud o valor oculto pero bien manifestado hoy en día) sino aquella que mantiene su femenidad y esa astucia tan femenina de llevar a cabo aquello que planea y siempre logra.
Ha sido un error interpretar que "detrás de un hombre hay una gran mujer"
Constituye una verdad que en algún momento recobrará su verdadera significancia. La cual nada tenía que ver con la inferioridad de la mujer sino en su única astucia para guiar al hombre en los momentos decisivos.
Hoy en día continuamos dependiendo o buscando los hombres el consejo de la mujer pues su mirada, precisamente, es distinta a la nuestra. Y su intuición es más afilada.
Es irremediable que la mujer "tenga que comportarse como hombre" en ciertos cargos usualmente dispuestos para los hombres. Pero no agrega valor a una mujer el hecho de que se comporte con los "elementos malos" de un hombre fuera del ámbito en donde tiene que "mostrarse fuerte".
Apariencias, porque físicamente la mujer tiene mayor resistencia que el hombre, su umbral de dolor es más alto. Quizá a los golpes no le gana a un hombre. Pero cada uno tiene sus fortalezas y con ello, sus complementos.
Muy en mis adentros siento que la mujer se ha traído más problemas a su vida. No niego que el reconocimiento de sus derechos como iguales a los de los hombres era ya se había tardado en llegar, aún falta por aterrizar mucho, la cuestión cultural también es clave. Sin embargo, es la feminidad, ese "algo" indescriptible que tiene la mujer para conducirse precisamente la fortaleza más grande que posee. Y no se refiere a únicamente el área de la seducción. Que no se mal entienda.
Es una astucia nata que la mujer ha ido desplazando para favorecer el acto externo de "verse fuerte". Recalco que es comprensible porque hay un temor a verse precisamente vulnerable.
Las campañas en pro de la mujer han pecado en reafirmar esa noción de vulnerabilidad femenina. Al hacerlo cancelan la virtud única de la mujer y la meten en un embrollo del que solo surgen más conflictos internos. Lo difícil de asimilar es que la mujer posee tanto la virtud de ser frágil, dócil y sensible; como resistente, imbatible y resuelta.
Al caer en extremos la mujer ha arrojado al diván de sus inseguridades su ser sensible, su ser fragilidad.
Si tiene esas virtudes ahora desechadas es porque solo la mujer podría conciliar esos contrarios de acuerdo al momento, lugar, situación que viva.
Tampoco quiero caer en dogmas en los cuales se piensa que el hombre no puede ser sensible porque seria afeminado (aunque esa parte sin duda proviene de la región femenina del cerebro pero que se confunde con orientación sexual erróneamente), ni que el hombre puede ser educado y respetuoso sin dejar de ser varón.
Hoy en día prevalece la agresión como virtud.
En mis escritos sobre mi Teoría de la Contradicción he escrito largamente sobre ello. Aquí ofrezco extractos, ideas sueltas, que espero no se vean inconexas.
Hoy en día los valores han cambiado. Se han transpolado. Han cambiado su lugar por aquellos que eran antes vistos como "malos" "bajos".
Asistimos al siglo de las contradicciones en pleno precisamente porque no las reconocemos como tales:
Los hombres no pueden mostrarse hoy atentos, educados ni cultos porque de inmediato son catalogados como homosexuales. Esto, cierto es, siempre se ha visto como un rasgo femenino pero no significa preferencia sexual, la cual, como fuera tendría que ser respetada.
Lo cierto es que los hombres (hablo concretamente en mi país, México) todos los días continúan siendo expuestos ante la afrenta de "verse putos":
Estoy más que convencido que incluso los intelectuales, por serlo, académicos o escritores, tienen que entrar al rito del futbol cada domingo para tener un acidero masculino. Si no les gusta el futbol emerge la sospecha ya no de femineidad sino de homosexualidad.
Prevalece la idea de comprobar la virilidad sosteniendo varias relaciones al mismo tiempo. En psicología esto era signo irrevocable de una posible (no que sea en todo caso) homosexualidad oculta, velada o no reconocida. Patología edípica o de Don Juan,"necesito reafirmar mi virilidad porque dudo de ella."
La mujer hombruna
La mujer manifiesta su inseguridad irremediable (¡cómo no tenerla luego de tanto embate contínuo contra ella en todo plano!) manifestando una nueva coraza, una fácil de adoptar: comportarse como hombre para verse fuerte, invulnerable.
La mecánica inconciente y más simple es adoptar el lenguaje que es más identificado con el varón. No que la mujer nunca pronuncie un improperio, sucede que ahora se trata de mostrarlo a los cuatro vientos, también sin tapujos. Expresarme con groserías me presenta como libre, como dueña de mí, "puedo decir lo que me plazca y qué". Además de la expresión de libertad está el reto.
La actitud, sobre todo, en las jóvenes de hoy, no es solo que se expresen con un innumerable repertorio de groserías para aderezar sus narraciones, sino aquella que muestra afrenta, reto.
Los jóvenes de hoy no quieren cambiar el mundo: solo se quejan de él.
Y se quejan de él "expresándose". Esta expresión pasiva se ha convertido en un acto de rebeldía que ellos ven como una real manifestación insurgente y simplemente queda en la pasiva ilusión de lo que anhelan ser o hacer.
Ya no tienen como impulso la acción sino el decir. Decir es expresar y si me expreso porque no me lo permiten, soy rebelde. Pero hasta ahí. La rebeldía se queda en un acto de justificación y en deseo de aceptación alrededor, mediante los nuevos medios de información vía internet o celulares.
La mujer agresiva
De entrada, herederos de una mal traducida palabra anglosajona al español, Agresiveness, aquello que antes era visto como un defecto ahora es una virtud.
En este mundo hay que ser agresivo para lograr lo que se quiere, se nos predica.
Contradicción: por un lado escribimos que extrañamos los valores humanos y por el otro practicamos lo contrario, aquellos que son los nuevos valores humanos, uno de ellos: la agresión.
Una mujer ya responde, es "respondona", y critica de entrada todo, a veces sin tener argumentos, igual que los hombres. Es humana al final.
La contradicción englobada de la Mujer.
Sí, la mujer tiene en sus manos un problema contundente. Si no se muestra "agresiva" como los hombres, será descartada o ninguneada o rechazada.
Por otra parte, una mujer con tal erupción de hombría choca con el hombre que busca a la ama de casa, la que cuide a los niños, la dócil, la tierna, la sensible.
Muchas saltan de inmediato y denostan el hecho de ser amas de casa, de cuidar a los niños...lo ven de entrada como un defecto. Cuando siempre ha sido una de las virtudes más bellas y sacrificadas de la mujer. Tan contradictorio es que esas que se quejan entran en conflicto cuando sus carreras profesionales estan en riesgo al decidir tener un bebé.
¿Hay salidas? ¿Existen mujeres que "se ven" mujeres y al mismo tiempo han tomado posesión de aquello que les pertenece simplemente por ser no mujeres sino seres humanos pensantes y con ideas? Sí.
Los ejemplos externos, aquellos que vemos en artistas, políticos, estrellas de cine, puede ser útil.
Sin duda serán ejemplos raros, pero que manifiestan un tenso pero bien logrado equilibrio entre la mujer que "debe ser hermosa, y frágil o delicada" con la mujer que para triunfar deber "verse fuerte y agresiva".
Un buen ejemplo es la actriz y directora de cine, Angelina Jolie. Jolie es líder a leguas, es resuelta sin duda, pero también emana de ella una feminidad seductora, tanto sexual como intuitiva, una inteligencia clara y sólida para emprender sus actividades como profesional. Cualquiera lo pensaría dos veces antes de no mostrarse respetuoso ante una mujer como ella, además de deslumbrado, si valora lo que una mujer es en su todo. Hillary Clinton es otro gran ejemplo de astucia e inteligencia desde la femeneidad, sin demeritar fortaleza y delicadeza. Salma Hayek o Thalía son otros ejemplos de mujeres con una gran astucia femenina, inteligencia en sus ámbitos profesionales y al mismo tiempo no abandonan todo aquello por lo cual un hombre se rinde ante una mujer, además de la obviedad de la belleza física.
Madonna personifica la quintaesencia de la mujer masculinizada. Es más testosterona que nada. Como Margaret Thatcher es un hombre sin pene. Como excepciones que no son ejemplo, por lo menos en lo que queremos dejar claro aquí.
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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.