Desde la LUna

Tu planeta llamado Tierra (¿por qué no le pusieron Agua?) se ve de la siguiente manera...bienvenid@

Tuesday, February 11, 2014

Quitarte la vida por haber querido vivir




 Es muy probable que no tarde en llegar el día en el que el suicidio sea reconocido como una dolencia de la Verdad. Desprovista de apologías y también de juicios crueles. Dejada sola de su mano para manifestarse como lo que es: la sensación extrema de quien ha estado de pie al filo del anillo encendido que rodea y abrasa el pozo insondable del ser: el vacío.

Una de las verdades del ser es el vacío y la imposibilidad de llenarlo de manera permanente. Quienes logran cerrar las puertas de esa hiper sensibilidad pueden lograr la conformidad. Esta les permite vivir una vida como los demás, con las quejas habituales, con las dificultades cotidianas de todos, sin ningún deseo de indagar en ese pozo.

"El pasado es un pozo insondable", afirma Thomas Mann. El pozo del que hablamos se devora los pasados pero sin digerirlos, se nutre de los pasados sin pasarlos pues no tiene estómago. Si lo tuviese, el estómago sería la "aceptación de la realidad", la "cancelación de la duda del existir". El suicida no se hace la pregunta del por qué está él aquí en la Tierra y para qué...eso es solo la punta del iceberg: el suicida sufre esa pregunta y no puede despojarse de ella.

El tormento de no saber y no quedar satisfecho se posesiona del aquel que trocara de humano, de persona, a suicida.

El suicida sí indaga, sí se esfuerza, sí busca ayuda, sí busca salidas...incluso hay quienes llegan a tener cierta paz una vez que alcanzaron alguna meta deseada, ya sea la fama, una situación económica holgada o incluso una bonita familia. 

Pero el suicida ya nace con esa insatisfacción de estar en este mundo, ya trae esa carga, quizá explicable pero no extirpable. 

Probablemente los suicidas son los verdaderos exploradores de las sensaciones, a costa de ellos mismos, porque aman hasta el extremo, odian al extremo, se entregan al extremo. 
No hay medias tintas. Y la media tinta la perciben como mediocridad. No lo es, pero es difícil convencer a un suicida de que la vida es hermosa y que hay que pasarla con una sonrisa en la jeta.

El suicida sabe más que tú y más que nadie lo que es la felicidad porque la palpó. La gran contradicción es que el suicida, pese a que diga que el mundo es una porquería, también sabe que el mundo es lo más hermoso. Pero hay "algo" que le ha sido vedado para disfrutarlo: la conciencia del abismo, del pozo insondable.

También hay mucha culpa, la imposibilidad de perdonarse a sí mismo. 

Por otra parte, ¿quién dice que tenemos que vivir 80 años? La religión, la católica, protagonista de las persecuciones más cruentas de la historia. La que tolera abusar de niños, la que aborrece y condena el aborto, la de los papas enjoyados, la del Vaticano socio económico en enemil empresas transnacionales, etc. 

No es algo grato, no es un don, no es una recomendación, no es una virtud: el suicidio es la desesperación por no poder calmar el fuego interno de vivir.

El suicidio es el arrebato poseído ante la desesperación de entender lo que pasa pero no poder controlar a ese otro que dentro del ser quiere destruirlo.

El suicidio es de los actos más tristes que le pueden ocurrir a un ser humano, porque va en contra de él mismo.

No se mata nada más por no querer vivir. Se mata uno mismo porque se desea más que nadie vivir y acoplarse en la vida. Pero, la vida no lo deja. La vida y ese anillo de fuego en el interior.

No se halla un lugar propio, se está perdido entre los "que sí saben vivir".

Y es triste. 

Y antes que condenar y tachar, merece nuestro más profundo respeto. 
Y más allá: nuestra piedad.








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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.