El Box & la vida

Un hombre se enfrenta a otro hombre para demostrar quién es el más poderoso, el Alpha Dog, el más macho.

Es Naturaleza.

El Box tiene una belleza en su estrategia y táctica.
Y tiene también ese elemento nada animal de disfrutar que dos personas se golpeen, se hagan daño, y sangren.

Probablemente, en su defensa, se dirá que ellos deciden hacerlo.
Está el honor, está el amor por una disciplina (si no ni cómo aceptar que golpearás pero también te golpearán) y está el dinero.

Desde sus orígenes el deporte en general, y muy notoriamente manifiesto en su estructura, el Box siempre ha sido el juego de hacer dinero: apostar.

Las Vegas es la casa de las apuestas: del engaño.
En Casino, Martin Scorsese demuestra de manera magistral, entretenida y muy apegada a la realidad, lo que sucede en las entrañas de las casas de juego. Desde el más simplón viciosillo del juego hasta las más altas esferas del poder.

No debería sorprenderse aquel que es vencido por "las apuestas", por "las Vegas". Esto ha sucedido desde siempre.

La cuestión es que todos brincamos, nos indignamos o celebramos y muy dentro, sabemos que así es, que todo ello es parte del juego. Algo oculto o que ocultamos dentro nos dice que de eso se trata.

Jamás se ha intentado siquiera limpiar de corrupción ese espectáculo que en su esencia tiene belleza y es una metáfora del hombre, del ser humano que se debate entre su raciocinio y su salvajismo.

¿Sucederá esto mismo en otras esferas, digamos la Política? ¿Que todos sepamos muy dentro de nosotros que "así es" que así es como funciona esto?

Para quien apuesta está muy claro.
Para quien no le entra al juego no.