Desde la LUna

Tu planeta llamado Tierra (¿por qué no le pusieron Agua?) se ve de la siguiente manera...bienvenid@

Tuesday, April 23, 2013

Puño & Letra


por Tanya Roh

EL AREÓPAGO Y LAS PALABRAS EN PIEDRA Y AIRE

En el Areópago no hay luz excepto para iluminar la que emana de los libros que el poeta Garibay lee de sus autores sagrados o de aquellos que él compone. No hay energía eléctrica para televisiones, radios, internets o aun teléfono fijo. Tampoco hay muebles en el Areópago, excepto un par de sillones y un par de bancos distribuidos en ciertas zonas del apartamento/estudio con un libro junto abierto en cierta página que suponemos el autor que no publica está revisando.

Yo he pensado siempre que Gabriel es realmente un poeta no por no ser conocido y mucho menos reconocido sino por su forma de vivir. Lo ha hecho así desde que pudo independizarse, desde muy joven.

No tiene amigos (yo podría decirle que soy su amiga, se lo he dicho, como un puñado más que lo queremos de verdad), pero dice que no tiene amigos y que no conoce en qué consiste la amistad. No por un arrojo soberbio, yo intuyo porque ha sido traicionado innumerables veces. Confía en la gente. Confía mucho. Dice que ya no será de ese modo y vuelve a confiar en la humanidad.

No tiene cuentas en el banco. Y desde hace años comenzó a deshacerse de las pertenencias que para el mundo exterior son consideradas "de valor". Ya no quiere volver a tener auto ni mayores pertenencias.

"Yo estoy con el aire", me ha dicho cuando charlamos en mitad de la noche, "Yo estoy realmente con el aire. No quiero cosas. Nunca las quise. Nunca anhelé tener una casa con alberca. Sí la imaginaba, pero nunca fue mi esmero real. Simplemente no me ocupé por hacerme de objetos. Las razones son muchas pero yo me dejé ir con el aire y como el aire mismo, así poder irme a donde sea sin rastro ni huella ni pesos".

Cuenta con algunas novelas que pasó a su Mac y que están publicadas en un par de tiendas virtuales -pero no tanto que no existan o sean fantasía- (Amazon y Bubok). Tiene varias más escritas a mano en cuadernitos de forma francesa marca Scribe. Y toda su poesía está escrita en innumerables cuadernitos de ese tipo y en otros más finos. Gabriel nos anuncia que abandona la máquina y se quedará con el puño y la letra.

Por qué, le pregunto. Y él responde, con una tranquilidad que algunos no creerían pues lo ven siempre hablando con las manos, hiperapasionado:

"Porque así tengo mayor contacto con mi corazón y mi razón. Sencillamente no me gustó escribir en la Mac. Como nunca pude escribir en máquina de escribir. No fluían las cosas. Hace años decidí escribir en computadora por la idea vana de "dejar el legado", de que así, si a algún despistado se le ocurría publicarme estaría todo listo. Pero ese solo pensar me atribuló y las palabras ya no fluían igual: había una intensión: ser publicado: ser famoso: ser elogiado. No siento que es lo mío. Nunca se dio. Ya nunca se dará. Y aunque pasé un breve momento de amargura después recobré esa libertad en mis cuadernitos, esa para mí honestidad abandonada, sola, de escribir con todo tu ser sin pensar en nada más. Por supuesto que no quiero decir que quien publica falla en su lealtad para la literatura. Simplemente digo que me cansé de tener esa esperanza que ni quería.

Pienso que sobre todo en estos tiempos, el principal acto rebelde, la quintaesencia del acto poético es precisamente volver al papel y a la pluma, casi al aire, a un instante de volver tan solo a la memoria. Sin el deseo de preservar nada. Que la poesía pertenezca realmente a donde es. Al aire y a su paso sobre la piedra del tiempo sin gravarse en ella. Reinvindicar el Olvido, el pasar, el que nada permanece."






Poesía y este tiempo sin nombre.

Tiene decenas de cuadernos en una parte de su estudio. El problema que podría verse es que a veces ni el propio poeta comprende lo que escribió de tanto corregir, tachonar, o de unas palabras que se alargan como hilo, con una velocidad airosa, con un impetú irrecobrable.  Pero si se mira bien ahí están. Yo, por ejemplo, cuando me ha permitido Gabriel tomar uno de sus cuadernos/libros de poesía (pues cada uno tiene su título y cada cuaderno está consagrado a un tema específico) al descifrarlos me llevo sorpresas, me vienen centellas. La poesía de Garibay la veo y siento tan tan sincera, tan pulcra de grandilocuencias, tan sin pretensiones. Tiene oraciones verdaderamente bellas.

También tiene momentos confusos, como juegos del lenguaje, como si experimentara para llegar al otro lado de un mar poético que quiere abrirse más pero que exige sumergirse, confundirse, ahogarse y recobrarse.

"Mi poesía no está terminada. Mis poemas son las exploraciones que en algunos momentos agradecibles hallan la poesía. Mis escritos son esta era confusa, es el hombre, el ser que se pone de pie luego de ser aplanado por lo que llamamos la vida (antes era el sistema) y se propone hallar la belleza perdida, encontrar esas imágenes que aún nos recuerden que la vida es algo vivible, apetecible de experimentar...incluso en su puerta final la muerte".


Garibay no ocurre a la Condesa ni a aquellos lugares donde los "intelectuales y artistas incomprendidos alegan no ser públicos porque nadie los comprende", Garibay huye sin proponérselo de la presunción que ahora quiere ser el ser poeta, el caparazón de las cosas.

Gabriel me dice, "hoy en día todo está marcado por qué tantos amigos tienes, cuántos seguidores o followers (sean comprados o no), todo está condicionado a la cantidad. Cuántos te compraron, cuántos te vieron, cuánto vendiste. Yo me voy por el sentido contrario. No busco acrecentar ningún número en mí. Al contrario, poco a poco busco quedarme sin nada, como vino uno al mundo. La poesía está en el abandono verdadero, en asumirse a puño y letra, en no buscar que te ayuden. La poesía tiene que estar ahí en su lugar recóndito y Ser, simple y sencillamente ser.

Pero tal vez no soy poeta porque no me publican. Quizá tienen razón y no soy poeta porque no me han dado el premio que me acredita como poeta. Tal vez no lo soy porque no soy famoso ni me respaldan famosos.

Tal vez no soy nada de lo que quise ser. Pero ya tengo claro que en mi epitafio (que estará escrito en la tierra para desvanecerse luego, sin mi nombre ni mi fecha): Me esforcé por vivir. "


Y entonces el poeta más desconocido del mundo, el poeta que no es poeta...me demuestra una vez la poesía que siempre lo ha habitado. Y me cuento entre las pocas pero sinceras personas que lo amamos a Gabriel, con todo y que todo el mundo no.








Próximamente en este blog enlistaremos sus obras para que al menos este espacio tenga el registro.






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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.