Enrique Peña: el vocero de los poderosos (6 meses de apariencia)

Se dice que los cambios de la Historia son lentos. Pero bien mirado son así por la voluntad nada santa de quienes manejan el mundo, un puñado de personas con mucho dinero y no precisamente los políticos.

Podemos afirmar que los políticos son los operadores de aquellos más arriba, sin nombre, sin cara (invisibles al común pueblo) sus jefes. Los políticos viven para hincarse de hinojos ante el dinero y un mendrugo de poder.

Manejan el mundo "las Corporaciones", la "Globalidad". Un claro ejemplo es el papel que representa Enrique Peña.

Representa un papel, en efecto. Por lo menos en estos primeros seis meses Enrique Peña se nos aparece como un actor que literalmente lee sus parlamentos (siempre tiene el telepronter en frente, lee mal y cuando no lee sigue equivocándose con tal frecuencia que ya ni gracia da).

Los ancianos, quién sabe si sabios pero sí muy astutos (los dinosaurios priistas) le dictan a Peña lo que hay qué decir, de eso ya no tenemos duda. Y los ancianos hacen o se ponen de acuerdo con "las Corporaciones"para trazar las acciones.

La próxima vez que escuches avisos o notificaciones de un político no pienses que te está hablando a ti, piensa que le está hablando a sus socios, a sus superiores, a sus clientes ("Las corporaciones que le hablan a las corporaciones") Y todo encaja:

"Tendremos crecimiento, progreso, la economía se recuperará, las tasas de interés, etc" 

Todo lo que nos informan en realidad se lo están informando entre ellos: Los socios (los políticos de las cúpulas y los hombres de negocios) son quienes están "progresando" económicamente.


LA NULA VOLUNTAD DE ENRIQUE PEÑA O EL VOCERO DE QUIENES GOBIERNAN

Otra verdad que comprobamos todos: Televisa y TV Azteca, en efecto, tienen una influencia más que sutil en los actos y devenires de Enrique Peña. Lo obvio es lo cierto: Peña sí es un guiñapo, Peña sí es un títere; carece de voluntad, hace lo que le dictan. Ni con Calderón vimos esto. Calderón fue probablemente el último presidente de estilo priista: no delegaba, todo tenía que verlo él, autoritario, torpe, violento, etc.  Con Enrique Peña vemos, más que a un presidente con un plan (malo o bueno), al actor tan vendido que es la carátula, cierto, la cara y careta de un gobierno que huele a ancianidad (no por la edad cronológica sino por su pensar, sus accionar, sus raíces): la apariencia andante.


LA APARIENCIA ANDANTE: PEÑA NIETO

Y como apariencia, como "imagen televisiva" Peña solo se pone ahí. Debe tener gran admiración y lealtad por Carlos Salinas de Gortari. Todo el gabinete tiene lazos que aterrizan en el hábil señor sin un pelo de tonto.

Lo cierto es que los asesinatos entre las bandas criminales de las drogas continúa. Aunque aparentemente la tendencia va a la baja si es cierto que ya con el PRI se sentaron a la repartición de los territorios.

Lo cierto es que sí (y yo no lo reconocía al principio) hemos vuelto a la proyección de las contrariedades. La mejor manera de intentar entender el mecanismo de poder del PRI en tanto su comunicación al pueblo o televidentes es este:

Lo que diga un discurso es la apariencia, la realidad será siempre todo lo contrario a lo que diga un político o su vocero, Enrique Peña.

Enrique Peña está haciendo el papel del presidente más similar a las funciones del presidente de Italia o de Alemania. Son más embajadores de buena voluntad que los conductores del país. Y aún con Peña salimos perdiendo porque tampoco hace un buen papel.

Peña hasta ahora ha cumplido con sus jefes: es obediente, no se sale del guion, no da asomo de un solo pensamiento o idea propia. Definitivamente carece de ello.  Pero es un ignorante que no tiene poder. Contrario a Vicente Fox o Felipe Calderón que al tener mando le hicieron tanto daño al país.

No salvamos a Peña, pero él es un cero a la izquierda (como más cero menos cero es su esposa, la pobre Angélica que está sufriendo en la jaula de oro. Tal vez rece para que su contrato de 6 años pase como el viento. Pero cuando la estás pasando mal el tiempo se dilata. Irónico el Tiempo es.)

SEIS AÑOS DE APARIENCIA

Serán seis años de apariencias y desapariciones. Seis años de ocultar una verdad para poner al frente mentiras. Las mentiras a las que nos tenía acostumbrados el PRI.

La oposición no existe. Comprada. La que le agarra la pata a la vaca. Imposible confiar en ellos tampoco. 

La desilusión que ha provocado AMLO es tan honda como la que abrió el primer boquete: un tal Subcomandante Marcos.

EL EXITO DE LAS TECNICAS PUBLICITARIAS

Siguen insitiendo periodistas e intelectuales aferrados en que la publicidad es una bola de pamplinas y patrañas. Que no es cierto, que nadie puede ser manipulado por mensajes lindos, que solo los idiotas.
Y no.

La publicidad puede ser usada para el bien o para el mal, no distingue porque no es humana. Pero los humanos la usan. Es como la energía eléctrica o atómica, depende de cómo la aproveches. 

Y la publicidad está en los Noticieros, mezcla de entretenimiento y cuento de terror, la novela virtual/real que todos seguimos adictos a lo malo, a las tragedias, a la sangre. Todos cooperamos. Y la mayoría de los llamados periodistas que vemos y leemos son como la comadrona chismosa del vecindario que comunica con pelos y señales lo que hizo tal o cual vecino, con un tono que solo provoca fricciones para el goce de los que aún no son tocados. 

En estos primeros seis meses, cuando todo rastro del PAN ha sido borrado de la fas de la tierra triste de México, debe de quedar claro para todos que la Publicidad sí funciona, que se tiene no que cancelar la televisión y los demás medios, sino tener una actitud atenta y crítica frente a ellos, no importa si se trata de De Mola o de Aristegui. Todos, al generar polémicas, dimes y diretes, cultivan la inquietud y la desesperanza en la gente (que aún no es crítica ante ellos) y generan para sí ganancias nada despreciables.

Los analistas hablan ya no con la agresividad con que atacaban al gobierno de Calderón, como si "alguien" les hubiese "sugerido" que "le bajaran tres rayitas" critican pero con mucho cuidado. Y no es para menos: mañana no amaneces y tus mismos compañeros leerían una nota en la que quién sabe cómo ni por qué tu auto cayó a un barranco o te dio un infarto o te suicidaste. 

Estar concientes de que no tenemos porque dejarnos llevar por el torbellino de "siéntete mal, deprímete" que según ellos llaman "estar informados" es el primer paso para intentar estar mejor, por lo menos desde dentro. 

Entender esto es comenzar a vivir con un poco de más tranquilidad. Los públicos que nos tomamos muy a pecho eso de "comprometerse con el país", eso de "despertar" también estamos siendo objeto de explotación. En nuestros desahogos y explosiones (siempre terminando en peleas entre los propios ciudadanos mientras los poderosos bailan en una pata) apaciguamos a ese México Bronco que es más un mito que una realidad. 

Suena a cliché y lo es, pero la violencia no lleva a nada. Menos en estos tiempos. 
Como no han llevado a nada (tanto en México como en España o Francia) las manifestaciones, los bloqueos...el poderoso sobrevuela toda incomodidad en sus helicópteros, en sus casas infranqueables. 

¿Cuál es la solución? Una revolución solo podría ocurrir desde dentro de las cúpulas poderosas. La llamada clase media, la que en otras épocas hubiese sido la instigadora de la rebelión, ahora es literalmente media, mediana, mediocre: quiere conservar su cable, su televisión, su futbol...La clase baja es conformista y extiende la mano (porque así fueron educados desde la colonia), el pueblo guerrero fue el azteca, no el mexicano. Y tal vez sea lo mejor.

Entonces, ¿cuál es la solución? Este es el misterio mayor.