Desde la LUna

Tu planeta llamado Tierra (¿por qué no le pusieron Agua?) se ve de la siguiente manera...bienvenid@

Sunday, March 16, 2014

Octavio Paz, los clones defectuosos y el laberinto del lugar común



Todos caemos en el profundo pozo del lugar común cuando hablamos de Octavio Paz. Afirmaciones que de tan ciertas han sido obviedades desde que él, con encendido espíritu buscapleitos reflexivo,implacable ponedor de los puntos sobre las íes, hiciera aparición descomunal en el ámbito del pensamiento universal y particularmente en el mexicano.

Desde que él tomó por asalto (ya que no hubo nadie que le opusiera real competencia) el Poder en el Olímpo cultural de México, todos, a favor o en contra, favorecidos o denegados, pajes y envidiosos, amigos y amiguetes, copiaron sus formas lingüisticas, sus maneras al escribir, vamos, su estilo. Siempre imitado jamás igualado.

Luego de él es lugar común, muy común, que alguien que se sienta muy acá emita frases como: "tal tal tal obra sería impensable sin tal tal tal"...O escriben una oración planteando el tema a abordar y luego, punto y seguido, escriben: "Me explico"  ¡Eso es hiper Paciano!

Renovó verdaderamente el lenguaje: él puso de nuevo en circulación palabras como: pluralidad o tolerancia. Le terminó de dar forma a ese ambiguo pero necesario término llamado Democracia. Se apoderó de la percepción ideal que todos tenemos del concepto de Libertad.

En sus revistas, aguardábamos a leer el siguiente capítulo de las cruzadas de Octavio contra conceptos como el socialismo real, o a que pusiera en su lugar a algún imprudente (o inocente) que se atrevía a cuestionarlo.

Muchas veces estas discusiones se convertían, dependiendo del calíbre de contrincante, en joyas intelectuales. Disfrutaba uno de unas peleas dignas de los Titanes, allá en los cielos. El aventarse a discutir con Octavio Paz era ponerte a prueba, y si eras otro intelectual de pesado arsenal, salían chispas que nos iluminaban a los lectores. No se iban con estupideces personales: siempre se aventaban el round en el ámbito del tema a tratar.

A Octavio Paz le encantaba, le divertía encenderle cohetes a cuanto personaje pululaba por ahí, que se había atrevido a proferir una inexactitud sobre algún concepto. De inmediato salía, me imagino con un "a veeer, espérate tantito, la cosa no es así.." Y zas, les ponía dos tres ganchos al hígado y al suelo. Pocas veces perdió una batalla. Entre otras cosas porque estaba cañón y porque si perdía no lo iba a aceptar.

Tenía un lado tierno y tranquilo, casi dulce...pero en general todos sabíamos que fue todo un cabrón soberbio, gigantesco, apabullante: ¡era extraordinario! Lo sigue siendo.

Después de él, no ha habido nadie que utilice como centro de operaciones una revista para disparar por aquí y por allá misiles de reflexión: "Piensen", "Reflexionen", "Están mal, es así"...Y de veras nos corregía, y casi siempre tuvo razón.

No era profeta, pero mucho de lo que vislumbró se ha cumplido cual relojito. Porque era un hombre de ojos tan claros como profundos, veía varios años más adelante que el común de los mortales.

Se puso como campeón a México desde su clásico e insuperable e inevitable Laberitno de la Soledad, que ahora, hasta me parece uno de sus más grandes poemas. Sí, un erudito poema en prosa.

Cuando partió yo pensé que quien ocuparía el trono sería Carlos Fuentes. Y no. No por no tener la altura, obvio que no. Me refiero a que no era su intención levantar olas, no estaba tan dedicado Fuentes a promover la cultura desde otros centros. 

Carlos Monsiváis era de los pocos con quien se podía dar un quién vive. Y sus discuciones son de esos tesoros que quedaron para la historia y que nos ayudan a comprender qué y quiénes somos los mexicanos. 

Sus revistas, para parecerlo, tuvieron que completar las páginas con un centenar de escritores clonecitos de Paz. ¡Todos escribían como él! ¿Existen aún? ¿Alguien los ubica? Se les pegó la actitud perdona vidas pero jamás le llegaron ni a los talones. Su padre les hizo una sombra tan descomunal que se fueron al hoyo con él cuando murió. Hay por ahí uno o dos, pero opacos, sin onda, digamos, ya cómodos: al final se vio quién de veras alzaba su bandera con total sinceridad. 

Paz tenía también un agudo sentido empresarial, era organizado, todo lo que hizo tenía que ver con su meta, que no era ser el más grande. No seamos vulgares ni estúpidos.

Octavio Paz, era un dios, lo fue de verdad. Lo podías odiar con odio jarocho, o podías amarlo y venerarlo. Pero fue un dios verdadero de dios verdadero: catapultó artistas plásticos, arreció polémicas y disquisiciones indispensables en la política (ahora todos los politiquillos  se las doran citándolo, qué ofensivos). 

Ah, sus títulos, creo que no hay nadie que ponga unos títulos tan increíbles a sus obras...¡pero también ahora todo mundo copia el estilo en revistas y en sus propias publicaciones! Chale.

Octavio Paz buscaba pelea para clarificar, para iluminar.

Era mamón para algunos, era soberbio, era divo, pero lo era de verdad. No era un poser como centenares andan por ahí en los pasillos de "la cultura".

Paz siempre ofrecía sustancia.  Siempre fue él mismo. Su literatura toda es un largo escrito en primera persona, pero maravillosamente pudo atraer culturas y pensamientos distantes y reconciliarlos (esta también es palabrita con trade mark O.P.).

Hay personajes únicos, que en verdad nos hacen dudar de que sean seres humanos, porque realmente están muy por encima de nuestras cabezas: Miles Davis, Picasso, Paz, entre otros...que si nos fijamos bien, no son tantos.

Yo extraño mucho a Octavio Paz. Sin él, se quedó desolada la arena de las peleas de alto nivel. Todo ahora es chismecito de ventaneando. 

Como se extraña a un Borges, por ejemplo. Que cuando eran invitados a programas, bueno, eran las únicas veces que ahora sí la televisión se Encendía.

A mí me abrió las puertas a un mundo de autores y libros que no conocía. No soy fan de Octavio Paz porque me lo trague todo de él, sino porque me enseñó toda la calidad y grandeza que puede uno hallar en la literatura, en el pensamiento, en el arte.

Su poesía me sigue maravillando, me deja estúpido, ¡cómo escribió esto! Su último libro de poemas, Árbol Adentro, pareciera que lo rescató de cuando tenía 18 y era un apasionado jovenzuelo dispuesto a tragarse al mundo completo.

Y hasta el último día de su vida fue ese jovencito encabronado, asombrado del mundo.

Son raras, muy raras las personas que llevan la verdadera Pasión (y ustedes saben que nunca escribo esta palabra) hasta las últimas consecuencias.

Él supo desde siempre que era un gigante. Jamás se achicó.

Cuando uno conoce desde dentro el mundo tan horrendo que es el de las editoriales, las envidias encarnizadas de escritorcillos mediocres, el recelo de los grandes, cuando hoy ya no existe esa camaradería que existió entre un García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes, ¡imagínense! ¡Tres Titanes sin problema tomando café en Sanborns de los Azulejos! Cuando uno se percata que, en efecto, las cosas ya no son como eran antes, que nadamos en montañas de libros de mierda, autores sin chiste, sin originalidad....SIN PASIÓNl...

Me parece que no había existido una época con tal apabullante producción de autores y de libros. Es una maldita mentira aquello de que "ay, es que no vendemos", "ay, es que los libros están en crisis"...¡A otro perro con ese hueso!" 

Tanto de nada. Muy poca luz entre tanto árbol derribado y seco.

Afortunadamente, la gran literatura no tiene edad y siempre es jovencita y buenísima, y es retadora y te dice, a ver, ¿no que tan fregón?

Un par de veces tuve el inmenso honor de estrechar su mano, como cualquier fan, no crean que voy a decir que charlé con él acerca de los vericuetos de la literatura del siglo de Oro, no. Solo como un humilde admirador, y comprobé que con sus fans, fue siempre amable, lindo. Te miraba directo a los ojos, te respondía con tu nombre.

No me lavé la mano no se en cuánto tiempo.

Sí. Siempre he sido fan de Octavio Paz. 

Tanto que ni me atrevo a intentar escribir como él. No nada más porque sería otro idiota clonecito. Si no que, en honor a su enseñanza, uno tiene que escribir con la voz propia. 

Yo extraño mucho a Octavio Paz. 

Ahí sigue su nichito y le prendo sus veladoras. 

Qué envidia, a lo mejor por eso Dios ya no pela al mundo: se estará aventando unas conversaciones increíbles con Octavio. Tenía que encontrarse Tavo al final a quien lo pondría en su lugar. 


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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.