Desde la LUna

Tu planeta llamado Tierra (¿por qué no le pusieron Agua?) se ve de la siguiente manera...bienvenid@

Thursday, December 24, 2015

Feliz Nacimiento

Para muchos lo que menos importa es la religión, para otros es lo mas importante. Las acciones son las que habla con mayor claridad.
Alguien me dijo hace poco que nos da vergüenza hablar de Dios. Sea la imagen que sea, ese ser supremo no lo mencionamos: todo se centra en Tú puedes, tú haces, tú decides, tú dios eres tú.
Para quien lo crea de corazón y actúe en consecuencia, mostrando, suponemos, magnanimidad, entereza, la frente en alto pero no altanera, la actitud de servicio pero no servil, la humildad pero no la humillación, que bueno que lo haga porque con esas pequeñas luces suyas ayuda a iluminar un poco el mundo.
Es cierto, la gran mayoría, incluso quienes desde hace unos días se aprestan para recibir a los familiares y amigos, darse los abrazos, cenar, no pronuncian en ningún momento la palabra Dios. Es mas, nadie dice "Feliz Navidad" al pagar un artículo, al despedirse de alguien. Decimos: "Felicidades".
Y aun sin pronunciar esas palabras, si todos nos damos un tiempo verdadero, real, fuera de todo y todos, para reflexionar ayudaría mucho.
Si alguien lo recomienda es un fanático, "ya lo atraparon". Si nadie lo menciona es parte de la muchedumbre que mejor calla por pena.
Decir Feliz Navidad da pena.
También es cierto que quizá se topara alguien con un judío o un ateo, ¿no de todas maneras la intensión es buena? Es un buen deseo.
¿Por que sí aceptamos hasta con gusto una felicitación o bendición
de alguna religión oriental, incluso de pueblos que aún mantienen ciertas tradiciones prehispánicas? Y se aceptan pero no se sopesan.
Por supuesto que hay razones y sólidas.
Pero, ¿tendría que afectarnos si nos ubicamos en quien inspiró pensamientos, filosofías, religiones?
Iba a decir que no importa mucho si la persona es de bien.
Pero no puedo evitar decirlo: sí importa.
Cuando uno se pone a escribir estas cosas las personas creen que uno se siente superior, que "ahora resulta que él sí es bueno". Y no. Todo lo contrario. Resulta que uno ha hecho igual daño que todos. Resulta que uno ha desilusionado a alguien, herido a alguien, y se ha fallado en muchos aspectos a sí mismo.
Resulta ser una reflexión. Y en ella lo que se adivina tal vez es el deseo de cambiar, de transformarse, de darse otra oportunidad.
¿No se trata de eso estas fechas...al menos?
Feliz Navidad: Feliz Nacimiento. La Biblia dice que nació el hijo de Dios, no solo el hijo sino Dios. Se escribió un libro hermoso. Nadie ha podido superar su belleza tanto de forma como de contenido. Si Dios lo escribió no cabría duda. Si Dios tocó con su rayo a los hombres que escribieron ese libro, el libro es divino sin duda. Si alguien, un ser humano cualquiera, realiza una obra sublime nadie duda que fue tocado por la divinidad.
Por supuesto que existe lo divino.
Y si tan solo por un momento nos concedemos la oportunidad de reflexionar sobre esta historia que se nos repite cada año: de que en un humilde pesebre nació el hijo de Dios, que pronunció las palabras que salieron de su boca, que hizo lo que hizo para al final, no sin temores, dudas y tormentos, se entrega, ¿no nos deja una semilla? ¿No ayuda a ubicarnos a reconocer que todos hacemos daño alguna vez, que todos nos equivocamos? Y si todos nos equivocamos, ¿no vale la pena arrepentirse de ello?
El mas terrible tormento es la culpa. Y la intentamos ocultar, nos escondemos tras nuestra culpa con ironías, nos envalentonamos (solo checa todo lo que compartimos en Facebook), criticamos, atacamos, señalamos. Y nada más escribirlo comienzo a sentir un hundimiento.Por supuesto que yo lo hago, lo he hecho, lo seguiré haciendo. Pero, ¿no será una oportunidad el ir percatándome más de esto tratando de minimizarlo, reducir las noticias que llamamos negativas, reducir mis críticas negativas (porque criticar no necesariamente es señalar lo malo)? ¿No tengo yo la oportunidad de ir limpiando desde mi Facebook hasta mi alma lo que traigo dentro de mi? Mi muro es una muestra de una significativa parte de lo que soy: en qué están depositados mis pensamientos, qué es lo que ocupa mi mente, qué es lo que me mantiene atento.
Aquello que comparto es lo que yace dentro de mí, ¿me sirve? ¿ha sido útil? ¿sería necesario evaluar por qué lo hago? Si, yo pienso que si.
¿Cómo quiero ser? ¿Cómo debo ser?
Otro año en el que la mayoría de nosotros arribamos iguales. Nos dejamos ir. Gente desconocida me lanza cosas a mi teléfono, a mi computadora y yo me dejo llevar, y saco lo más íntimo. La mayoría buscan:
a) Preocuparme: todo esta mal, todo va a estar peor.
b) Angustiarme: Ve lo que le pasó a Fulana y nadie hace nada.
c) Enojarme: Dónde estan, Hasta cuándo.
Y yo me pregunto si esos sentimientos en verdad me ayudan a ser una mejor persona. Según hemos leído todos, en las frases sueltas que recibimos, los grandes hombres, desde Jesús, hasta Mahoma, Buda,Gandhi o Mandela, Martin Luther King o el Dalai Lama, precisamente lucharon contra estos sentimientos.
Ninguno de ellos habla con ira. Ninguno se quedó únicamente escribiendo en diarios señalando aquí o acullá lo mal que esta el mundo, lo cruel que es.
La diferencia estriba en que ellos no se quedaron nada más señalando: con sus acciones diarias iban intentando mejorar las cosas.
La denuncia en estos medios solo sirve para algo y no precisamente a resolver problemas.
Nos tiene cautivados ver choques, riñas, golpes, perros maltratados, animales heridos, bombardeos, mujeres desnudas, personas teniendo relaciones íntimas, la crisis, la paridad del dólar, el reglamento de tránsito. Eso es lo que nos tiene cautivados. Cautivos: atrapados.
¿Qué imágenes y palabras han ocupado en mayor cantidad mi mente?
¿Qué imágenes y palabras han ocupado en mayor medida este simple muro de Facebook?
Y somos extremosos: ahora estan pensando que hay que poner solo flores y oraciones.
No. No necesariamente. Primero, en vez de estar presto a rebatir, ¿por qué no cada quién nos ponemos a reflexionar en esto y resolvemos cuál sería el siguiente paso, cómo podríamos empezar a equilibrar la balanza? Todo es un proceso. Lo que importa es estar plenamente conciente de ese proceso, de cada paso.
De nada sirve tampoco saturar de imágenes religiosas, pedir likes, chantajear con que "ya se que no me vas a compartir".
Es buscar el balance, el equilibrio.
¿Qué tanto en verdad usamos nuestra razón?
¿Qué tanto en verdad intentamos equilibrarla con nuestros sentimientos?
Si no crees en Dios, ¿por qué siempre estás culpándolo? ¿No es una locura culpar a algo o alguien que no existe?
Si crees en Dios, ¿de que te has olvidado? ¿Estás más concentrado en que los otros recapaciten de sus pecados que en los tuyos? Equilibrio.
Si, que flojera, ¿verdad?
Todo lo que digas será usado en tu contra.
Por supuesto, al final cada quien puede hacer lo que le venga en gana.
Todo tiene su razón.
Feliz Nacimiento.
Feliz Nacimiento.
Feliz Nacimiento.

No comments:

Post a Comment

Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.