Todos tienen razón

Un regalo de Navidad para ti.
Si subimos las antenas y nos ponemos en modo receptor realmente se aprende de todo. Anoche vi una película catalogada como de horror llamada Krampus (Michael Doherty, 2015). No diré aquí si es buena o mala, simplemente la tomo como referencia para explicar mi encabezado de "Todos tienen razón" pegada a otra: la vida es Moby Dick.
Además de las escenas divertidas en la película, ya sea porque te hicieron brincar de tu asiento, o fueron chapuceras y te provocaron risa, ya sea que es una película que no precisamente busca profundizar en el significado de la Navidad y como los seres humanos nos comportamos precisamente en la cena que debiera dedicarse a la armonía y la paz, me llamó la atención que el niño protagonista de nombre, Max, se pregunta molesto qué sentido tiene que venga la familia a tu casa si todos se desagradan y se critican. Su padre responde que quizá esa sea la intensión de la Navidad: hacer a un lado las diferencias e intentar encontrar las semejanzas, darse la oportunidad de convivir y compartir precisamente con aquellos que no son de nuestro absoluto agrado, "Eso es la familia, Max" parafraseando lo que le explica el padre a su hijo.Ya con eso me agradó la película.
Yo fui durante muchos años un Max. Deseaba y escribía en mis cartas a Santa Claus que nos llevásemos bien los unos con los otros. Destestaba las reuniones familiares porque las calificaba de hipócritas. Al paso del tiempo y estando uno mas viejo, no me arrebata una alegría absurda pero si me gusta la Navidad desde otro punto de vista.
Y entrando en materia: no nos esforzamos.
Decimos que hay que tolerar. La palabra no es de mi agrado pero ahí esta. Decimos practicar la tolerancia y quizá se trate de ese esfuerzo por sobrellevar a aquellos con los que irremediablemente hay que interactuar a sabiendas de que no hay coincidencias, familiares o no.
Yo ni siquiera pensaba en tolerar. Si alguien no me agradaba no le haría grocerías pero no conviviría o no me presentaría en la cena, "porque es hipócrita". ¿Y que si lo es? Ahí precisamente se halla la oportunidad para no solo ser tolerante sino en esforzarse en comprender al otro.
Comprender no significa estar de acuerdo. Significa intentar situarse desde la perspectiva del otro y aprender de ello. Quien busca aprender, comprende. Y entonces la animadversión disminuye.
Comprendo que precisamente nos pusieron en este mundo a encontrarnos los unos con los otros. Y que los encuentros mas ricos son aquellos que chocan: los desencuentros. Para "des" encontrarte primero tuviste que encontrarte. Sucede que no lo vemos así, entonces abjuramos y nos echamos a correr con iras o depresiones. Y es sería justo allí, es justo allí, donde debemos Esforzarnos por Comprender al Otro.
Repito: quizá la conclusión sea la misma y no sean tus mejores amigos. Pero enriquece estar abierto. Enriquece también, aunque es mas duro, el recibir críticas y que nos señalen nuestros defectos.
Amigos o no, si alguien nos critica hay Algo, Algo de verdad en lo que nos dice.
Si alguien nos ve vanidosos, prepotentes o débiles, temerosos; algo hay de razón.
Quien mas nos ha dicho las crudas verdades es nuestra madre (me refiero a la persona que se ha fletado a alimentarte, levantarte para ir al colegio, que hagas la tarea, que estudies, que te cuida y esta a tu lado si te enfermas y que te regaña si haces algo malo).
Nuestra madre nos dice la verdad y nos cae de la patada porque tiene razón.
Me parece que cuando alguien se aproxima a ti y te dice tus verdades en ese momento es tu mamá.
Y te revuelcas de coraje, y estas mas presto para responderle "porque tu no te dejas de nadie", "porque el otro u otra también tiene errores" "¡Quién se cree que es!" . Tu madre: en ese momento fue tu madre.
Tu jefa, tu pareja, tu hija, el extraño en la calle, la cajera...
No me refiero a las mentadas. Es otro tema. Me refiero a que si nos ponemos atentos y receptivos, cuando alguien nos dice, "¿Te puedo decir algo pero no te enojas", emerge la Madre, nos dirán algo que no nos gustará.
El gran ejercicio personal es este: deja que te digan. No rebatas. No pienses que vas a argumentar. No te justifiques ni con la persona ni contigo misma. Deja que te digan. Aguanta. Venga.
En esta posición receptiva y cuando son las primeras veces que bajas las defensas, el golpe es fuerte. Pero no tienes idea de que provechoso y benéfico para ti es.
Recibe, no argumentes, no esboces esa sonrisita ni levantes el dedo índice, no agaches la cabeza, de frente calla y escucha. Luego agradece y no digas nada. Llévate tu bolsa de verdades. Recuerda que son las verdades que la otra persona ve en ti. No digas nada.
Prométete algo: que vas a meditar en cada una de las cosas que te dijeron.
Primero acéptalas. Haz de cuenta que todo es cierto, ¿que harás para cambiarlo? ¿Lo quieres cambiar?
Después, como cobijita protectora, trae tus defensas y justifica: "No, es que no es que sea así, es que...." Y aviéntate tu letanía. Justificate: Tu mami no te trató como tu esperabas, no era la manera, tu papá nunca estuvo presente, alguien en casa bebía, alguien fue violento y por eso eres igual o eres lo contrario. Síguele. Y luego date cuenta de algo:
1. Todo eso ya pasó.
2. Lo que te hayan dicho, aunque fuese mínimo, si lo tienes, si lo reflejas. Si la gente te ve así, lo siento pero así eres. Porque es lo que reflejas a los demás. Y que locura: unos te verán de una manera y otros de otra.
3. Yo le pondría mas atención a aquellos que me dijeron lo que no me gustó escuchar. Ahí hay mas donde explorar, y tomar acción.
Al final, el gran juego esta en que aunque nosotros mismos nos autoengañamos, también solo nosotros podremos enfrentar lo que debemos corregir.
Si al leer esto ya lo estas debatiendo no has entendido el punto.
Lo que te diga la gente de ti a ellos no les afectará tanto como a ti mismo.
Podrás ganar una discusión con mucho argumento pero ¡tu no estas tratando de explorarte y corregir!
Y si no tienes nada que corregir, hermano, entonces ya estas muerto.
Nos pusieron aquí para chocar.
El Universo es pulsación constante, encuentro desencuentro.
El Universo no esta estático, se está expandiendo pero también se esta contrayendo. Esta respirando.
Estrellas chocan, estallan, deslumbran, mueren y se transforman
Y es verdad que de quienes nos caen gordos, de quienes pensamos que nos hicieron mal, son de quienes aprendemos mas, si estamos atentos.
Ya dije que de todo se aprende. Pero de lo que nos choca es justo de donde mas vamos a aprender y con ello crecer.
Crecer es comprender también.
La vida no lleva el sistema de enseñanza que ahora esta muy en boga, que prácticamente deja a las niñas que hagan lo que quieran. La vida no solo te da nalgadas o te jala las greñas. La vida te agarra unas guamizas que tu ya las conoces. La vida no es tolerante, la vida es un juego, ella ya conoce tu final, nada mas se esta divirtiendo a ver hasta cuando agarras la onda.
La vida es Moby Dick.
Tu puedes creerte el capitán Ahab y dártelas de muy muy, que eres la chucha cuerera. Te sientes ufano de que tu vas a matar a la ballena blanca, que puedes dominar sus mares, que puedes dominarla a ella. Y ella que hace, nada ricamente, deliciosamente en sus terrenos, te da chance, te deja creer que eres dios. Y luego, cuando ve que de plano no entiendes pues...
"Todos tienen razón". Puedo clamar la propiedad de esta frase. Es de todos.
No estoy diciendo que todos tengan LA razón. Estoy diciendo que todos tienen Razón. Siempre hay algo en ese que te cae tan mal, precisamente en quien no soportas, hay algo ahí que se parece tanto a ti...y que no puedes engañarte.
Busca lo contrario para enfrentarte no con ello, sino contigo mismo.
Es la única manera de aprender, si si lo logras, tendrás la sabiduría para también no retar aquello que aún no te mereces.
Hay que tener entereza, pero sin abandonar la humildad.
Si hay que tener ego, es tu fuerza, pero tienes que controlarlo y no que el te domine a ti. El ego es un caballo blanco y salvaje, es hermoso, es voluntarioso: tu quieres montarlo, domínalo.
Ojalá lo lleves a la práctica, ojalá te sacuda, verás que rico se siente al final.