Bef y su hielo negro

Bef, acabo de terminar tu nueva novela, "Hielo negro". Me la eché de una sentada. Justo ayer la encontré en Sangrons y ayer mismo la terminé.

Supe de ti por la entrevista con un señor Puig. Me llamó la atención que el periodista dijera que lo leyeramos nosotros (el público) porque él "aquioras". ¿Querría insinuar que nosotros no tenemos nada que hacer y por eso leemos? Bueno, se le fue, no harm done.

La cosa es que me latió tu forma de hablar de tu libro y al leerte veo que eres tú reflejado en el libro.   Estoy seguro que son las bandas que te laten las que describes ahí o que las estabas escuchando cuando escribías.  Siento que escribes como hablas, te puedo "oír". En otras palabras: se me hace honesta tu aproximación literaria, muy tuya. Eso se agradece.

En muchos libros de esta época rara que no tenemos más remedio que llamar postmodernista aparecen alusiones a como asesinos seriales se sienten artistas, como artistas parecen asesinos del arte y ganando mucha lana. Me encantó como en tu libro se dice que no es necesario tener talento para ser artista en estos días. Bueno, lo dice Lizzy. Y pss, tiene razón. Ahí está Gabriel Orozco, ganando millones por ser un gran creativo publicitario que pone sus ondas en un museo y ¡zas! es arte.

Una novela muy visual...en efecto, muy gráfica. Me disculpo por no conocer tu obra gráfica (no se puede entrar a tu pág para verla), tal vez por esa razón al leer aparecían en mi mente las imágenes onda Sin City. Tal vez por el tema, no lo sé pero lo disfruté mucho.

El final me gustó mucho porque es inesperado. Al adentrarme en tu novela supe de inmediato que no te aventarías un final obvio, y me preguntaba, cómo carambas la terminará.

La estructura básica que define el cómic, el enfrentamiento eterno entre el bien y el mal, el ego y el alter ego, el héroe y el villano. Me hiciste recordar esa peli de Shamalan (cuando aún era un director increíble de prometedoras emociones), el momento cumbre cuando Samuel L Jackson le revela la verdad indiscutible a Bruce Willis: su lazo no puede romperse jamás, aquel el frágil de cristal, este el indestructible. Ambos tan similares en sus diferencias.

Sin duda el cómic ha comenzado a tener el reconocimiento como forma de arte y literaria como nunca antes. Sintetiza de manera maestra lo que siempre demostró Shakespeare en el teatro: las pasiones humanas, la guerra interna eterna, la dualidad del ser.

Algo que siento ha perdido Batman en las últimas entregas cinematográficas. Eso de hacerlo "más real" me parece que desmantela parte de esa atmósfera imaginaria, sin duda con bases realistas, pero más allá de este mundo a donde nos conduce el cómic. Al poner a Batman, con su disfraz y sus gadgets en un Chicago "real", el hombre oscuro toca lo ridículo. El cómic debe mantener su mística dentro de un mundo que no es enteramente el real, pese a que se levante sobre esa realidad que tanto nos avasalla. La realidad no es tan real al final.

Tu escritura me parece muy apegada al cómic, los cierres de cada capítulo, los diálogos. También tiene onda muy de guión de cine (en consecuencia). Hay una página en donde incluso utilizas el  "corte a".

En una parte me saqué un poco de onda porque Lizzy, en el capítulo anterior, le encarga al Médico que se chingue al pendejo que molestó a Omar, su primo. Y justo en el capítulo que sigue dice, "comió en silencio mientras revisaba sus mails en el celular. Aprovechó para chatear con su primo Omar que trabajaba de dj en una disco de Ibiza" (pag 93). Como si no hubiese sabido de él en mucho tiempo o como si no hubiese tenido presente hace poquito que iba a desquitarse de lo que le hicieron. Bueno, a lo mejor me confundo.

Has creado dos personajes entrañables ya en la literatura policiaca mexicana.

No comprendo por qué Taibo te dijo que es la primera novela post narco de la literatura mexicana, el hampa sigue haciendo de las suyas y en tu novela se presenta una nueva droga; pero viniendo de él es sin duda un gran halago.