Desde la LUna

Tu planeta llamado Tierra (¿por qué no le pusieron Agua?) se ve de la siguiente manera...bienvenid@

Tuesday, May 10, 2011

No es el amor de la vida




El amor para mí es más misterio que nunca. Más incógnita que nunca.

Amor que ha significado vida y muerte, dolor y cariño, paraíso e infierno...todo al mismo tiempo.
Un dilema que me tiene hasta ahora al filo de la navaja. No sé qué hacer. Lo que pienso se contradice con lo que estoy haciendo.
¿Es el amor de mi vida?
¿Es acaso el amor de tu vida aquel que te ha aplastado el corazón innumerables veces?
¿Es acaso el amor de tu vida aquel que te tiene comiendo de su mano?
¿Ese que en la cama se vuelve cenizas de tanto fuego y ardor, que luego luego desaparece y ya estás odiando cuando de pronto vuelve?

Así, Ella, con un rostro que refleja tal inocencia que no podría arrancar un corazón ni casualmente...pero que sí. Ella que conoce las técnicas más perfectas de la indiferencia. ¿Qué mujer no?
Yo creo que eso del amor de tu vida es una falacia, una mentira.
El amor es el que tienes ahorita. El que consumiste en la cama anoche.
Pero no, ahí está esa presencia que se levanta diabólica luego de que piensas, por fin la olvidé...ella.
¿Es eso el amor de la vida?
Si es así, qué chinga.
Ahora, supongo que muchos terrestres tendrán su amor de su vida y habrá sido lindo y romántico y velitas y corazoncitos...
Enhorabuena.
Si este ha sido el amor de mi vida es el que ineludiblemente me ha sometido.
Sucumbo ante ella.
Me muero por morirme en ella, dentro de ella, irme y venirme dentro de ella.
Me muere beberla, estrujarla, morderla.
Me muere tanto, tanto.




¿Es eso el amor de la vida?
Si tuve algún amor de la vida, fue ella, a la que nunca pude decirle a los ojos Te amo.
Si existe un amor de la vida, probablemente fue ella, que se fue desilusionada de mí.
Fue una amor casi perfecto en tus intensidades, los cuatro elementos conjugados. Pero, yo no comprendía. 
Yo ufano de mis pequeñitos logros, no veía más allá dentro de ella al amor verdadero que siempre fue.
Luego de ella, cuando partió partiéndome el corazón, supongo que busqué en todas las mujeres no una como ella, sino pagar mis culpas, entregarme a verdugas que me hiciesen trizas. Pagar mi culpa por ser tan soberbio, tan orgulloso.
Y sí que aprendí. Con sangre aprendí. Y creí que en una de ellas había encontrado el Amor verdadero pero bien sabía dentro de mí que no era cierto, que solo quería engañarme porque ya no estaba Ella. Yo quería castigarme, mi culpa era infinita.
Pero siento también que el amor verdadero no puede ser así, porque cada nuevo cuerpo es una aventura indescrifrable hasta que la vives. 
De una cosa estoy seguro: amores verdaderos son los que, si bien pueden tener sus momentos de guerra, sobre todo pueden recordar muchos momentos felices, juntos, entregados el uno al otro. Cualquier otra cosa solo es estupidez...o esas culpas que uno quiere pagar arrojándose a personajes mínimos, que ni siquiera podrían calificarse de diabólicos. En su tontería ella como uno.
Pero, la que se fue (y de esto ya hace muchos años), la que desde hace años ni siquiera vive en el mismo país donde yo me encuentro. Hasta ahora: Ella ha sido. Nadie más.
Y su nombre jamás ha pasado a estas hojas electrónicas, ni de papel...queda ahí...tan solo resguardada en este corazón que no supo amar.



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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.