Si has contemplado la posibilidad de concluir tu vida por propia mano he aquí una primera lista de consejos que, si bien no son prácticos, quizá podrían ponerte a pensar un poco más sobre tu decisión que, en caso de llevarla a cabo y resultase, sería sí irreversible.
- La decisión de partir de este mundo es tuya y solo tuya. Así que sería recomendable que dejaras organizados tus efectos personales así como, en la medida de lo posible, adeudos de todo tipo. A menos de que una de tus causas sea el endeudamiento económico.
- Esfuérzate en pensar en aquellos que dejas y tienen un lazo imposible de romper: los hermanos, los hijos quizá...para que les evites la pena, incomodidad e impacto de encontrarte tumbado y de manera por demás desagradable para con ellos. A menos de que estés pensando en quitarte la vida para castigarlos. De cualquier forma, ¿no sería mejor irse bien? ¿A qué dejarlos con ese último y feo espectáculo? O sea, efectuar el rito en un lugar lejano, que la partida comience con la intensión de que jamás te encuentren en mal estado. Por otra parte, es cierto que si no es posible hacer eso y transcurren los días no será lindo lo que dejes de ti.
- Procura dejar dispuesto tu testamento. No tienes que tener las incontables propiedades, desde tus objetos más insignificantes (porque es claro que ya ninguno tendría un valor importante para ti) hasta si deseas que tu cuerpo inerte sea incinerado o sepultado. A estas alturas se vería muy mal pedir que tus restos fuesen depositados en el mar Egeo o bajo un Cerezo. Seamos coherentes hasta el fin...literalmente.
- De preferencia, evita dejar notas culpando a alguien a menos de que tú estés asumiendo no tu culpa pero sí la responsabilidad de lo que estás haciendo. Probablemente una carta o nota tranquilizadora. El asunto es contigo. Con nadie más. Incluso si te vas porque esa persona rechazó tu amor y tú la amas más allá de la vida, lo sabio sería no escribir te amos ni poner el nombre del sujeto en cuestión. Recuerda que te estás quitando la vida por tu imposibilidad de comprender ese rechazo. Si lo haces por hacer sentir mal a las personas, sea cual fuere la razón, tú, yo y toda la humanidad sabe que no les va a afectar seriamente al cabo de unos días. Es cierto: la vida sigue aunque no quede nadie vivo sobre la Tierra.
- Oye, ¿qué tal si la nota suicida es dirigida a las autoridades o al vecino que, obligado por el olor insoportable, se vea en la urgencia de tumbar la puerta. A esa persona puedes rogarle que cubra tu cuerpo inerte con la frasada que dejas a tu lado. En serio.
- Todo el reclamo que hayas tenido que hacer es sugerible que lo hayas hecho con bastante anterioridad.
- Es posible que anticipando el evento comiences a divulgar que te irás lejos, que quieres que te incineren o sepulten: procura pensarlo con detenimiento y entonces ser consistente con tus deseos para que no parezca "un grito de ayuda". Déjalo previamente escrito.
- Un día, déjale a alguien en quien confíes un sobre con las copias de los documentos (testamento, el pago de la urna o de la quema, etc). Con eso de verdad estás probando que tan listo estás para partir.
- Es cierto: un suicidio, cuando se realiza, es en mitad de un episodio tormentoso e impulsivo, en general. Aquí no se puede hacer nada. Mientras sean peras o manzanas, medita los puntos anteriores. Igual y te ayudan a darte un poco más de tiempo, igual y algo surge. Y si no: estarás aproximándote a la decisión razonada y no solo le estás dejando el control absoluto de tu vida a la desesperación o a la desilusión. No sería justo para ti.