Desde la LUna

Tu planeta llamado Tierra (¿por qué no le pusieron Agua?) se ve de la siguiente manera...bienvenid@

Wednesday, May 11, 2011

El diablo: por viejo, por diablo & el oleaje del mundo

Es cierto que uno se puede dejar llevar, que uno puede ser arrebatado a causa del amor, o que el amor lo arrebata a uno sin remedio. Pero, también es cierto que a cierta edad (sí, ni modo y qué bueno) uno ya puede anticipar ciertos movimientos de quien pretende someternos. Antes hubiesen sido golpes certeros a nuestra calma anímica. Ahora ya no lo son. No se si les suceda a todos los hombres. Pero, eso que llaman "la experiencia" ayuda mucho a proteger el corazón mas deja poco para la sopresa. Y es que uno ya no quiere ser presa.



Se aprende, se ha aprendido. Y es muy lindo enamorarse, aún lo sentimos a veces emerger dentro de nosotros. Pero, gracias al cielo, uno ya puede preveer los descalabros, anticipar las desilusiones. En otras palabras, que (no queriendo ser cínico ni nada de eso) uno ya puede salir ileso si se estampa el avión del corazón.

Uno ve con una mirada casi paternal los movimientos de aquella que cree saber más que nosotros. Y no. Irremediablemente el tiempo, pero sobretodo los descalabros, las cicatrices que porta orgulloso nuestro corazón viejo y guerrillero, nos avisan lo que esta por venir. Ya tanto sufrir no es porvenir para quien aprendió a quererse tantito.

Es triste.

Yo he querido inmolarme de nuevo en esas llamas, pero ya no. Ya no tan así, ya no se puede. Me entrego en el poder de la memoria y la imaginación.

O tal vez no ha llegado esa que vuelva a tornar mi mundo de cabeza.

Lo que viví ya lo viví, ya pasó. Y, no se me malentienda, que han quedado capítulos memorables en el libro de mi vida, que los llevo no como trofeos pero como estrellas luminosas de experiencias.

No la experiencia como si fuese una currícula de logros profesionales. No. Sino la experiencia de darse, de pringarse, de ofrecerse al otro.

Amar siendo uno la ofrenda.



En este mundo tan loco, llega uno a la conclusión de que demasiado es demasiado sí, y que corazones tan impetuosos no hayan cabida en estos territorios serios, maduros y civilizados en que se esta convirtiendo el amar. ¿Por miedo?

Sí. Hay mucho miedo a amar. Mucho miedo a ser amado. Nos apabulla, nos avasalla quien llega con un amor tumultuoso casi, nos hace correr.

Pero, hay un punto en mitad del puente en el que uno desea tener a ese alguien con quien mirar el mundo, en quietud, balanceándose juntos con el oleaje de mar amar que se llama universo.

¿Dónde? ¿Quién?

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Eres un lunático con pensamiento, GRACIAS.