Mahler & la revolución indignada de la esperanza en España

Son personas como Zapatero (ignoramos si fue abducido y Mr. Bean tomó su puesto, con las consecuencias que todos conocemos) las que echan por tierra los ideales que aún aspiran a eso que a todas luces sin una definición clara llamamos socialismo.

"SOL, YA LO TENEMOS. AHORA VAMOS POR LA LUNA."

Socialismo inserto en la jungla de la oferta y la demanda. Socialismo que tiene que tomar cosas del capitalismo porque no tiene opción y continúa llamándose socialismo.

Los jóvenes de España han dado un golpe, no solo al estado y su atroz, casi nazi manera de conducir el destino de su país, sino a la idea misma de Socialismo y Capitalismo. Ambas en entredicho, ambas, como se ha visto, cadúcas.

¿Qué es socialismo ahora? ¿Qué es lo que entendemos por ello? ¿No nos hará falta otro nombre? ¿Necesitamos de un nombre?

Lo que la gente pide es tener una educación que le permita trabajar. Tener para comer, vestirse, vivir y divertirse. Tener acceso a la cultura. A la cultura solo se llega cuando se tienen cubiertas las necesidades básicas. Así, nada más.

Lo que se pide es que, llámese como se llame, un gobierno respete a la gente. Que aquella persona que ha sido designada para dirigir el destino de su Nación, escuche y actúe.

"NUESTROS SUEÑOS YA NO CABEN EN LAS URNAS"

¿Qué pasa en esas alturas que a todos ellos se les va el oxígeno? ¿Qué pasa en las alturas del poder, sirvientes ellos también, no del pueblo, sino de intereses económicos, que no solo se olvidan de la gente sino que a propósito se la quieren chingar? ¿Por qué?

Y luego, venir a prohibir manifestarse, ¡prohibir manifestarse! 

En varios países está sucediendo lo mismo. Enmascarados por un ideal inexistente, evaporado, llamado socialismo o la ley del mercado, un alguien minúsculo pero que se siente parído por los dioses, trabaja para un ser oscuro y anónimo, tras bambalinas, para ¿acumular más dinero? ¿más poder?

Cuando la gente lo único que quiere es vivir no sobrevivir. 

Este inicio de siglo se está pareciendo mucho (y no exagero) al régimen de aquel loco obsesionado por una pureza que ni tenía, gritando que el pueblo obtendría lo mejor a cambio de ser sometido, por su bien, a una limpia insoportable.

¡Ya déjennos en paz!

¿De qué se trata?

Celebro, apoyo y mi más cálido abrazo a esos jóvenes españoles que continúan luchando con esperanza e incluso alegría. Contradictoriamente empujados por una indignación más que comprensible, un reclamo justo.

Los gobiernos se están perdiendo y van a perder más. ¿En verdad nos quieren empujar hasta ese allá que solo genera más lágrimas y desolación?

¿Por qué? No nos han dado una sola razón.

No hay.

El socialismo de Castro ya fue. No es viable, no es el camino. El socialismo de Chávez es enfermizo y loco, por decir lo menos. El socialismo de Lula al parecer ha sido el más razonable. ¿Es socialismo? No lo sabemos ya, no importa. 

Europa, ese mundo viejo de tantos años de rebeldías, levantamientos, revueltas y revoluciones, ¿está perdiendo la memoria?

Los jóvenes están recordando.

"NOS SOBRA DEMASIADO MES PARA LLEGAR A FIN DE SUELDO"

Ante estos acontecimientos que tienen ventanas con panoramas esperanzadores (nunca hay que perder la esperanza) he seguido las imágenes quitando las voces morbosas de los que leen las notas en la tele, sustituyéndolas por las notas de Gustav Mahler, quien el 18 de mayo cumplió un centenario de su muerte.

Confieso que solo hasta ahora he podido comenzar a apreciar lo grande que es Mahler. Antes, me costaba mucho trabajo. Lo sentía a veces melodramático, a veces bélico, a veces ensoñador. 

Hoy talvez haya entrado en mí porque es todo eso. Sus sinfonías son mundos, tienen todo, llevan dentro los sentimientos más diversos que conforman eso que llamamos el ser  humano. 

Con las notas de su primer sinfonía en D menor "Titán" saludo a esos jóvenes, siempre los más valientes, siempre los héroes verdaderos.

Sería increíble que con esa música todos los jóvenes de todo el mundo se levantasen igual. Porque la causa es la misma, porque en México estamos viviendo exactamente lo mismo. En Grecia, en Turkía, incluso en Alemania y en los Estados Unidos. Imagínense esa revolución joven pacífica y esperanzadora, con el arma única de la presencia que se opone y dice al unísono: NO.



*Subtítulos entrecomillados son frases que los jóvenes españoles crearon.