Extrañamos tanto a Octavio Paz

 Hoy se cumple un año más de la partida de Octavio Paz, el más universal de los escritores y poetas mexicanos que hayamos tenido.

 Leerlo para mí fue un verdadero descubrimiento. Me voló la cabeza. Nunca había leído poesía como la de él. Pensamiento profundo mas nítido y ordenado. Era pura transparencia en esencia la escritura de Octavio.

Creció en mi frente un árbol
Creció hacia adentro.
Sus raíces son venas,
nervios sus ramas,
sus confusos follajes pensamientos.
Tus miradas lo encienden
y sus frutos de sombras
son naranjas de sangre,
son granadas de lumbre.
Amanece
en la noche del cuerpo.
Allá adentro, en mi frente,
el árbol habla.
Acércate, ¿lo oyes?



Tan genial este señor. Recuerdo que este poema lo escuché por vez primera de labios de Octavio. Lo leyó, me parece que en canal Once, para presentar el que sería su último poemario, el maravilloso y uno de mis favoritos de él, Árbol Adentro.
Me lo aprendí de memoria desde esa vez...incluso con las inflexiones de Octavio, esa manera tan particular de leer sus poemas me gustaba mucho

La pareja
es pareja porque no tiene Edén.
Somos los expulsados del Jardín,
estamos condenados a inventarlo
y cultivar sus flores delirantes,
joyas vivas que cortamos
para adornar un cuello.
Estamos condenados
a dejar el Jardín:
delante de nosotros
está el mundo.

Coda
Tal vez amar es aprender
a caminar por este mundo.
Aprender a quedarnos quietos
como el tilo y la encina de la fábula
Aprender a mirar.
Tu mirada es sembradora.
Plantó un árbol.
Yo hablo
porque tú meces los follajes.
(fragmento final de Carta de Creencia, Octavio Paz)
...
Tuve el honor y dicha de estrechar la mano de Octavio en un par de ocasiones. Es de las únicas personas a las que he solicitado un autógrafo para probar al mundo que sí lo vi y me firmó uno de sus libros (creo que para eso sirven los autógrafos)...por supuesto que no me lavé la mano durante varias semanas.

Dicen que era una persona dura. Dudé varias veces en acercarme a él en un par de talleres poéticos porque pensaba que si me mandaba a la porra o era grosero, destrozaría al ídolo. Sé que era un jefe muy estricto. Pero con sus fans (no se usaba ese mote antes pero lo somos: sus fans)era distinto. Cuando al fin el destino me topó frente a él le pedí me firmara su libro: fue el más atento, me atrevo a decir que hasta dulce. Un dulce hombre que te miraba a los ojos, extendía su mano y preguntaba tu nombre. Y algo muy importante, recuerdo muy bien que me dijo: "Gracias, gracias Gabriel". "No, señor, como cree, al contrario", le respondí. Ya se imaginarán, yo con cara de idiota, como si me hubiese topado con Bob Dylan . Y no era para menos. Octavio siempre respondía, Gracias.